«Rocío, regálanos tu mirada»

El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, anima a los rocieros a “salir a los caminos como testigos” de la fe, arropados por la “mirada de ternura y fortaleza” de la Blanca Paloma

20 may 2018 / 12:23 h - Actualizado: 20 may 2018 / 12:30 h.
"Rocío","El Rocío 2018","Religiosos"
  • Una vista de la Misa de Romeros. / Manuel Gómez
    Una vista de la Misa de Romeros. / Manuel Gómez

Con el vivo recuerdo de la visita del papa San Juan Pablo II hace 25 años a la aldea de El Rocío –se produjo el 14 de junio de 2013–, la misa pontifical de Pentecostés, presidida en esta ocasión, y por primera vez, por el cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, congregó a miles de rocieros en El Real, en torno al altar efímero que se monta ante el monumento conmemorativo de la coronación de la Virgen, de la que en 2019 se cumplirá un siglo, y con los Simpecados de la Matriz y las 121 filiales como retablo excepcional.

En una homilía profundamente mariana, centrada en el papel de la Virgen en Pentecostés, el cardenal arzobispo de Madrid, monseñor Carlos Osoro, que hoy ha presidido la misa pontifical en El Real del Rocío, ha convocado a todos los rocieros a «seguir el mandato del amor», a «cuidar a todos los hombres, que es lo que nos hace verdaderamente cristianos», «sin miedo», a través de la mirada de la Virgen del Rocío, una mirada de «ternura y fortaleza», de «misericordia», para que los rocieros salgan «a los caminos como testigos». Por esto, Osoro, profundamente agradecido al obispo de Huelva, José Vilaplana, por «regalarle esta gracia especial en este Pentecostés» de presidir esta eucaristía, en el que «la mirada penetrante de la Virgen del Rocío se convierte en un regalo del cielo», imploró a la Virgen: «Regálanos tu mirada».

«Habéis recorrido un largo camino para estar con nuestra Madre este Pentecostés», señaló el cardenal arzobispo de Madrid dirigiéndose a los miles de rocieros que seguían en la plaza del Real, ante el monumento conmemorativo de la coronación de la Virgen y el retablo conformado por los Simpecados de la Matriz y las 121 filiales, y porque «necesitamos su mirada de compasión, esperanza y amor», igual que la Virgen «se dejó mirar por Dios en aquel primer encuentro con el Espíritu Santo». Así, concluyó: «Sentid su mirada, su cercanía, sus gestos».

La memoria del 25 aniversario de la visita del papa San Juan Pablo II, que recordaban las banderas pontificias que delimitaban el pasillo central de este templo al aire libre, estuvo también presente en las palabras del presidente de la hermandad Matriz, Juan Ignacio Reales, al inicio de la misa pontifical, recordando sus palabras: «Hagamos del Rocío un camino de vida cristiana».

Sombrillas, sombreros, abanicos y hasta los libritos de la misa se aliaron para ayudar a los miles de asistentes a protegerse del sol, que apretaba, aunque la temperatura, al inicio de la eucaristía, era muy agradable, unos 21 grados, y despejó rápidamente el temor a la lluvia anunciada, tanto que la Matriz, según explicó el sábado su delegado de romería, Ángel Díaz de la Serna, había barajado como alternativa celebrarla en el interior de la ermita, ya reconocida como santuario nacional.

El coro de la hermandad de Bormujos, como ya hiciera en el año 2011, cantó esta pontifical concelebrada por Vilaplana, el obispo de Asidonia-Jerez, José Mazuelos; y los directores espirituales y capellanes de las 121 filiales, además del delegado de hermandades y cofradías de la Archidiócesis de Sevilla, Marcelino Manzano. El presidente del Consejo de Hermandades de Sevilla, Joaquín Sainz de la Maza, se encontraba entre los asistentes, junto al alcalde de Huelva, Gabriel Cruz; la alcaldesa de Almonte, Rocío Espinosa, o la subdelegada del Gobierno en Huelva, Asunción Grávalos. Plegarias y sevillanas alusivas al camino y la romería del Rocío, también a la mirada de la Virgen.

Santuario nacional y Año Jubilar

Al término de la eucaristía, el obispo de Huelva agradeció a la Conferencia Episcopal Española el reconocimiento de la ermita del Rocío como santuario nacional y al papa Francisco la concesión del Año Jubilar con motivo del próximo traslado de la Virgen a Almonte, que se celebrará desde el 8 de junio de 2019 al 7 de junio de 2020, bajo el lema Reina del Rocío, caminar con María hacia Cristo. Un tímido aplauso recibió este anuncio que, si bien, ya se conocía.

La Salve del Olé, compuesta por Manuel Pareja-Obregón, y las sevillanas de Muñoz y Pabón, interpretadas por el coro de la hermandad de Bormujos y seguida por todos los asistentes, pusieron el broche final a la celebración de esta misa de Pentecostés.