Ruidos... pero celestiales

Convivencia. Las fiestas y tradiciones de la ciudad generan con frecuencia quejas y denuncias de vecinos que reclaman su derecho al descanso frente a la contaminación acústica pía o puramente festiva

20 oct 2016 / 07:00 h - Actualizado: 19 oct 2016 / 17:38 h.
"Cofradías","Feria de Abril","Rocío","Demasiado ruido"
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«No se entiende que para celebrar la salida procesional de un paso por las calles de Triana, que no se trata de ningún carnaval ni de ninguna charanga sino de un acto religioso, haya que pegar quinientos mil cohetazos... ¿Qué sentido tiene hacer tanto ruido para celebrar una procesión?». La última queja elevada al Ayuntamiento de Sevilla por un caso de contaminación acústica relacionada con alguna de las fiestas y tradiciones más populares de la ciudad es relativamente reciente. La asociación de vecinos Triana Norte presentaba este mismo mes una queja formal ante la junta municipal del distrito por el estruendo causado por los centenares de cohetes lanzados en diferentes momentos de la procesión de la Divina Pastora de Triana, celebrada el pasado 17 de septiembre. El último estallido concentrado fue poco antes de la una de la madrugada, con tal estrépito que hasta los cristales de las casas cercanas retumbaron. «Parecía el bombardeo de Bagdag». La respuesta a esta queja fue que el continuo lanzamiento de cohetes «cumplía, a la luz de la normativa, todos los requisitos legales», algo que el presidente de esta asociación vecinal, Diego Parra, no termina de entender. «Para celebrar un evento de carácter religioso, no toda manifestación sonora es de recibo. Habría que revisar la normativa para adecuarla a cada actividad», propone este vecino del arrabal.

Este caso no es único. En junio de 2015 la asociación de vecinos Guadalquivir, del barrio del Tardón, recogiendo las quejas de unos 60 residentes, enviaba un burofax al Arzobispado de Sevilla y al párroco de San Gonzalo rogando una solución ante el ruido insoportable que provocaban las campanas de la parroquia, programadas para repicar a cada hora, según censuraron los vecinos. Los afectados no sólo se quejaban de la frecuencia con que se sucedían estos ruidos, sino también de su «elevada intensidad», ya que, en función de las mediciones realizadas sobre el terreno con aparatos homologados estas emisiones sonoras superaban hasta en 19 veces los límites permitidos por ley, según denunció entonces el grupo municipal de Izquierda Unida. La polémica, sin embargo, terminó apagándose. El párroco de San Gonzalo, Carlos Javier López, aclara hoy que por aquel entonces «se electrificaron y monitorizaron las campanas, que llevaban mucho tiempo sin tocarse» y que sólo durante algunos días, a modo de prueba, repicaron a cada hora. Desde entonces sólo tocan a la hora del Ángelus y para convocar a los fieles a las misas. «El Ayuntamiento contestó asegurando que todo estaba legal», reafirma categórico el párroco.

Los ensayos de las bandas de música procesional han sido históricamente otra fuente habitual de conflicto. Y a pesar de que la mayoría de estas formaciones ya no ensayan al aire libre sino que disponen de sus propios locales de ensayo, las denuncias y quejas vecinales se siguen sucediendo. Así lo testimonia el presidente del Consejo de Bandas de la Ciudad de Sevilla, Manuel Esteban. «Hoy día, el 90 por ciento de la actividad de las bandas durante el periodo de los ensayos se desarrolla dentro de los locales, pero hay una pequeña parte del ensayo que sí debe celebrarse al aire libre. Sucede así cuando estas formaciones salen a la calle para preparar propiamente el desfile, porque una cosa es tocar un instrumento y otra tocar desfilando. Y aunque para hacer esta actividad siempre se intenta buscar una ubicación apropiada, alejada de cualquier núcleo de viviendas, se siguen produciendo con demasiada frecuencia las quejas vecinales y los partes de denuncia, incluso en localizaciones como el polígono industrial Navisa, donde hay varias bandas ensayando».

Pero ¿qué establece la normativa municipal contra el ruido en casos como los aquí descritos? ¿Hasta qué hora pueden prolongarse los ensayos de las bandas de música al aire libre? ¿Pueden las hermandades rocieras hacer estallar cohetes en el casco urbano durante los días de salida?

La ordenanza municipal contra el ruido, aprobada en julio de 2014, es muy condescendiente y permisiva con las fiestas y tradiciones de la ciudad. Al respecto de los ensayos de las bandas de música, la norma establece que «deberán desarrollarse en zonas de la ciudad convenientemente distanciadas de edificios de viviendas, o en locales suficientemente aislados no colindantes con viviendas ni ubicados en edificios de viviendas, de forma que se cumplan los límites de inmisión de ruido en el exterior, a nivel de las fachadas de los edificios de viviendas más cercanos (...)». «En cualquier caso, los ensayos de las bandas de música tendrán prohibido su desarrollo entre las 0.00 y las 10.00 horas». La normativa también entra a regular el sonido de las campanas de las iglesias. «Se permite hacer sonar campanas, o grabaciones de campanas, en iglesias, conventos y templos, previa, posteriormente o durante las celebraciones u oficios religiosos, eximiéndose por tanto durante dichas celebraciones, de la aplicación de los límites de inmisión de ruido».

Los desfiles procesionales de carácter religioso, con o sin bandas de música, la Cabalgata de Reyes y la Feria de Abril también quedan eximidos durante su celebración de la aplicación de los límites de inmisión de ruido. No osbtante, en el caso de la Feria, la normativa deja la puerta abierta al Ayuntamiento para prohibir o limitar el uso de megafonía, sirenas o música en la Calle del Infierno. También se permite el lanzamiento de cohetes en los días de salida y entrada a la ciudad de las hermandades rocieras «siempre y cuando dichos lanzamientos se desarrollen entre las 09.00 y las 23.00 horas».

¿Y QUÉ PASA EN LA ALDEA DE EL ROCÍO...?

A pesar de celebrarse en un privilegiado entorno natural –o precisamente por eso–, en la Romería del Rocío, la más multitudinaria del sur de Europa, también se establecen restricciones a ciertas emisiones de ruido. De preservar la esencia de los actos de la Romería, de velar por la conservación de sus tradiciones y promover el respeto a las formas de expresión propias de esta universal manifestación mariana se encarga el propio pueblo de Almonte, a través de la Hermandad Matriz, cuyo presidente es Juan Ignacio Reales, y con el apoyo del Ayuntamiento de esta villa onubense.

Cada año, el Consistorio almonteño promulga un bando con motivo de la Romería en el que, amén de establecer restricciones al tránsito y de implantar las normas de seguridad vial y de circulación que rigen durante los días en que se desarrolla este evento, también se hace un llamamiento a las miles de personas que se concentran en la aldea para que contribuyan a preservar la cultura, la tradición y el medio ambiente.

En el bando publicado por el Ayuntamiento de Almonte para la última Romería, fechado el pasado 26 de abril y rubricado por la alcaldesa Rocío Espinosa de la Torre, entre otras prohibiciones se establece como norma general que «no se permiten los bailes y cantes que no sean los de carácter tradicional». Los puestos, tenderetes, quioscos y chiringuitos de cualquier clase de industria, actividad o comercio «no podrán emitir música durante la celebración de los actos oficiales (Santo Rosario, Misa de Romeros, Rosario del domingo y procesión de la Virgen)». El bando advierte de que «podrán ser intervenidos todos los elementos que incumplan esta prohibición, pudiendo clausurarse y retirarse las licencias o autorizaciones a quienes reproduzcan música que no sea la típica de nuestra Romería».

De igual modo, se hace saber en el bando del Ayuntamiento de Almonte que «no se permiten en nuestra aldea el uso de cualquier elemento productor de ruido y/o difusión de voz que altere o distorsione la celebración de los actos oficiales durante su celebración».