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El prioste de Sevilla Sur coloca el Simpecado en la carreta en la romería de 2008. / José Manuel Cabello
«Un importante triunfo jurídico». Después de presentar batalla judicial durante más de dos años contra el Ayuntamiento de Almonte, la hermandad del Rocío de Sevilla Sur ha logrado que la administración local almonteña estime su solicitud de exención del abono del IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) en relación a su casa de hermandad en la aldea de El Rocío, situada en el número 23 de la calle La Cigüeña, aunque con fachada a la calle de Las Hermandades. Se trata, como subraya el hermano mayor de la corporación rociera del Tiro de Línea, José Antonio Borda, de «la primera hermandad de Sevilla capital que logra este reconocimiento». La filial sevillana inició una primera reclamación por la vía amistosa en marzo de 2014 al entender que su casa en la aldea de El Rocío debía estar exenta de tributación según la Ley 49/2002 de régimen fiscal de entidades sin fines de lucro al no estar afecta a actividad económica alguna.
Tras dos respuestas negativas del Ayuntamiento de Almonte, los rocieros de Sevilla Sur decidieron acudir, con el imprescindible asesoramienro legal del abogado Fernando Briones, al Tribunal Contencioso Administrativo de Huelva. Allí esperaron dos años la celebración del juicio, señalado finalmente para el pasado 22 de febrero. «Ese mismo día, minutos antes de iniciarse la vista, el abogado del consistorio almonteño se presentó pidiendo suspender el juicio a cambio de un allanamiento no judicial, reconociendo la exención y abonando los atrasos con sus demoras», explica Antonio Bonachera, antiguo miembro de la junta de gobierno y principal asesor de la hermandad en este proceso. De esta forma, en un decreto con fecha del pasado 23 de marzo, el Ayuntamiento almonteño reconoce a la hermandad la exención del abono del IBI desde este año 2017 en adelante y acuerda devolver las cantidades abonadas por este concepto correspondientes a los ejercicios 2015 y 2016, junto a los intereses de demora devengados.
«Nosotros pagábamos unos 1.700 euros anuales porque sólo tenemos la capilla construida, pero hay hermandades como Triana o Sevilla que pagan entre 12.000 y 14.000 euros. Somos una hermandad pequeña con una economía modesta y pagar el impuesto ya nos suponía un gran esfuerzo», dice el hermano mayor, quien invita a las demás filiales a emprender el mismo camino.