Faltaba media hora para que saliera la cruz de guía del Divino Perdón y los nervios llegaban a Alcosa. En el interior de la iglesia de la Beata Madre Ana María se conocía la noticia del regreso acelerado de Padre Pío mientras caían unas tímidas gotan a las puertas del templo. Con este panorama, la junta de gobierno decidía reunirse para tomar su primera decisión sobre la salida. Tocaba esperar hasta las 17.15 horas, 45 minutos más tarde de lo previsto, para que sus negros nazarenos volvieran a la calle. Con una mirada en el cielo y otra en los partes, la cofradía se formaba.
Minutos después, el hermano mayor confirmaba lo esperado. El Divino Perdón se ponía en la calle, a pesar del riesgo hasta las siete de la tarde. Sin prisas, salían los primeros nazarenos. Tampoco la tuvo el primero paso, el del Nazareno, que enlazó cuatro marchas interpretadas por la Estrella de Dos Hermanas. Cinco minutos antes de las seis de la tarde, la Virgen de la Purísima Concepción, con toda su candelería encedida, cruzaba el dintel de la iglesia. Ahora sí, y a pesar del susto, Alcosa tenía a su cofradía en la calle. Era el momento de disfrutar de otro Sábado de Pasión para la historia.