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El palio de la Esperanza de Triana por la plaza del Altozano, a la altura del mercado de abastos. / El Correo
Homenajear los 600 años de Esperanza en Triana. Ese es el objetivo que se ha propuesto un grupo de trianeros anónimos, cuyo guante recogió la junta directiva del mercado de Triana a través de uno de sus vocales, Juan Antonio Ramos, quien contó con el beneplácito de su presidenta, Teresa Ojeda. No obstante, se trata de una iniciativa que se encuentra en una fase muy embrionaria, pues aún no se conocen los detalles de la misma.
Por el momento, en el mercado están recogiendo firmas para realizar una propuesta firme al Ayuntamiento de Sevilla. Lo que sí está claro es la meta: materializar un homenaje a los 600 años de historia de la devoción a la Esperanza de Triana. Aunque en las calles del viejo arrabal corren rumores de que la propuesta puede concretarse en un monumento, lo que está claro es que tampoco se descarta la colocación de una placa conmemorativa, como reconoce el propio Ramos en declaraciones a este medio.
Tampoco se ha pensado un sitio específico para dicho reconocimiento. «Todo es cuestión de que se plantee y que las autoridades que tienen que estudiarlo lo valoren», asevera Ramos, quien confiesa que la instalación de un monumento «es complicado», aunque de hacerse, «tendría que ser un monumento que identificara a la hermandad en sí, no una imagen en concreto».
La idea llegó a Juan Antonio Ramos a través de un grupo de trianeros, muchos de ellos antiguos costaleros de la Esperanza de Triana. «Un día vinieron a verme y me dijeron: Oye, mira, tenemos esta propuesta, ¿qué te parece?» cuenta el vocal del mercado, colectivo que llegó a presidir durante los prolegómenos y desarrollos de las obras y su inauguración. Ramos acogió la idea con gusto, ya que la iniciativa le parecía «bastante sensata». «Me parece positivo que se le haga un reconocimiento a la hermandad más antigua del barrio», señala Ramos, quien añade que «a través del mercado se le ha prestado todo el apoyo».
El objetivo que persigue la iniciativa, al fin y al cabo, es el de materializar «el reconocimiento de un barrio a una hermandad que es muy antigua, que cumple 600 años de historia y que ha estado muy vinculada con ceramistas, alfareros, marineros y otros gremios de Triana», cuenta Ramos.