Un mar de Esperanza inunda Pureza

La hermandad de la Esperanza de Triana realizó el traslado de su virgen de Santa Ana a su capilla arropada por su gente

Juanmi Vega @Juanmivegar /
02 abr 2019 / 08:00 h - Actualizado: 02 abr 2019 / 08:00 h.
"Esperanza de Triana","Cuaresma 2019"
  • Un mar de Esperanza inunda Pureza

La esperanza es parte de nuestras vidas. Siempre hay momentos en los que uno necesita aferrarse a ella para superar un mal trance. Cualquier momento es bueno para recargar esa batería interna que mueve nuestra vida.

En Triana, la Esperanza ha recargado con su presencia todas esas baterías de muchos de los presentes que estaban bajo mínimos. Ella nunca está sola, ni en sus cultos, ni en su capilla ni en su salida procesional. Hoy tampoco lo ha estado.

Amaneció oscuro, con unas nubes que descargaron con intensidad a media tarde pero al final, como pasa en la vida, siempre sale el Sol.

Multitud de público se agolpaba para acompañarla durante el corto trayecto que hay desde Santa Ana, parroquia donde celebra su septenario, hasta su capilla en la Calle Pureza. Vázquez de Leca y Pureza. No hay ni cien metros. Un recorrido que se hace en menos de dos minutos le llevó a la Esperanza de Triana más de una hora. El fervor de las personas que querían estar junto a ella impedía que las andas de la Virgen avanzase.

La Banda de Las Cigarreras, que se estrenará esta próxima Madrugá detrás del palio, interpretó sin parar una composición tras otra, breve aperitivo de lo que está por llegar.

El tiempo se paraba para los presentes que, móvil en alto, intentaban inmortalizar un momento que es mejor guardarlo en la biblioteca de la memoria. Unos rezaban y pedían por ese ser querido que está pasando una mala racha. Otros se quedaban inmóviles ante su presencia y otros, simplemente, disfrutaban el momento de verla pasar tan cerca.

Triana se volcó para recibir a su Esperanza. Acompañó a la que todo lo puede, la que ampara con su manto a un barrio, la que recibe las súplicas y rezos de media Sevilla.

La Esperanza de Triana ya está en su casa. Las manillas del reloj siguen el inevitable curso del paso del tiempo. Ya sólo quedan poco más de dos semanas para volver a verla. Dos semanas para volver a recargar las baterías de Esperanza.