Ni la leve llovizna que cayó hasta en dos ocasiones ni la batucada carnavalera que se coló por Tetuán y silenció durante media hora la celebración que seguían a través de varias pantallas cientos de personas fuera del templo impidieron que la coronación canónica de la Virgen del Carmen del retablo mayor del Santo Ángel resplandeciera entre la solemnidad propia de la comunidad carmelita y el cariño entrañable que suele despertar esta advocación mariana tan extendida en nuestras hermandades y parroquias.
La recomendación de Asenjo sobre una coronación “austera” se cumplió con creces, sentándose un referente en el amplio historial sevillano. “La Virgen del Carmen en el corazón”, insistió el arzobispo en la homilía al recordar que éste fue el lema que le propuso al prior del convento cuando acordaron tan feliz acontecimiento dentro de los actos que la Archidiócesis de Sevilla había programado con motivo del quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa. “Coronamos esta imagen de mediados del siglo XVIII de Cristóbal Sánchez [Ramos], que es la Virgen del Carmen más hermosa de nuestra Archidiócesis”, refirió monseñor después de realizar una exhaustivo recorrido de la realeza de María en las sagradas escrituras.
Palabras que le costaron seguir a los que estaban en las más de mil sillas dispuestas en la calle Rioja. En este caso no fue un fallo técnico sino “una confusión” del pasacalles del carnaval de Bajadoz que participaba en la cita de las Casas Regionales lo que, según el Ayuntamiento, provocó esta situación al tirar por Tetuán en lugar de Sierpes como habían consensuado con el Cecop. Un ruido ensordecedor que creó bastante malestar entre los fieles y que después de 30 minutos acalló el arrebato de aplausos, cohetes y vítores con el que las casi 2.000 personas reunidas fuera y dentro del templo saludaron el soñado minuto en el que monseñor ponía a la Virgen la singular corona que ha realizado el taller de Juan Borrero siguiendo un diseño del cofrade Sergio Cornejo. Eran las 19.40 horas y desde las ventanas de la linterna de la cúpula caían pétalos de flores pintando una estampa similar a la descripción del Apocalipsis: “Una mujer vestida de sol y coronada por doce estrellas...”
El acompañamiento musical, a cargo de la coral de San Felipe Neri y la orquesta del Conservatorio de Sevilla, contribuyó a dotar el acto de solemnidad catedralicia, en especial al interpretar la Misa de la Coronación de Mozart y piezas de Bach y Haendel. Tanto fue así que el arzobispo terminó felicitando a los músicos. Igualmente llamó la atención el singular exorno floral, obra del onubense Antonio Rivera, con guirnaldas de azucenas, ortensias y rosas que caían desde la cúpula del presbiterio. A las 20.30 horas, la Salve Regina ponía punto y final a una tarde que quedará para la historia de la familia carmelita del Santo Ángel.
ESTARÁ EN BESAMANOS HASTA EL DÍA 15
Y tras el feliz acontecimiento de ayer, desde este domingo se podrá contemplar de cerca a la Virgen del Carmen, ya coronada. La imagen que tallara Cristóbal Ramos entre 1760 y 1780 quedará expuesta en devoto besamanos para que los fieles puedan dejar sus besos antes de que suba al camarín. Según ha informado la comunidad del Santo Ángel, el horario del besamanos de la coronación será el propio del culto del templo, es decir, de 10.30 a 13.30 y de 18.30 a 20.30 horas; y se podrá visitar hasta el miércoles día 15. Precisamente, en esta última jornada coincidiendo con la onomástica de Santa Teresa de Jesús, tendrá lugar también la clausura del quinto centenario del nacimiento de la santa de Ávila en la Archidiócesis de Sevilla. Será durante la celebración de una eucaristía en el convento de San José de las carmelitas descalzas, más conocido como Las Teresas, en el barrio de Santa Cruz. Allí el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, presidirá una misa a las 19 horas. Terminará también pues el Año Jubilar de Santa Teresa decretado por este mismo motivo en la ciudad y por el que a lo largo del año se han organizado distintas actividades extraordinarias, como ponencias, la visita de la Virgen a las Teresas, la participación del misterio de la Transfiguración de Santa Teresa en los altares del Corpus Christi y, como culmen, la coronación de ayer.