Una estación por las Hijas de la Caridad

Las Hijas de la Caridad del Pumarejo realizan una obra social con mayúsculas. El viacrucis del Cristo de la Buena Muerte reconocerá la labor que realizan estas monjas

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
22 ene 2017 / 08:02 h - Actualizado: 22 ene 2017 / 21:17 h.
"Cofradías"
  • Una estación por las Hijas de la Caridad
  • Una estación por las Hijas de la Caridad
  • Santo Ángel Besamanos del Niño Jesús de Praga previo a su salida procesional del próximo sábado. / Foto: M.F.
    Santo Ángel Besamanos del Niño Jesús de Praga previo a su salida procesional del próximo sábado. / Foto: M.F. Una estación por las Hijas de la Caridad

Cada día dan de comer a 290 de personas que viven al raso o lo han perdido todo a consecuencia de la crisis económica. Como el buen samaritano, su mano está siempre tendida más allá del plato de comida caliente, el servicio de ducha, de ropero, el cuidado de mayores en la residencia o el programa familiar. Las Hijas de la Caridad del Pumarejo realizan una labor social con mayúsculas. Lo sabe bien el barrio y, más aún, la hermandad de La Hiniesta a la que le une continuos envíos de alimentos, donaciones y voluntariado. Hace dos años, con motivo de la procesión extraordinaria de los 450 años de la aprobación de las primera reglas, la dolorosa visitó este templo de la caridad bien entendida y practicada. También lo hizo ese mismo año, unos meses antes, el Cristo de la Buena Muerte en su viacrucis anual. Esta imagen se volverá a repetir el próximo sábado. La cofradía que dirige José Antonio Romero ha decidido incluir este punto en el rezo del piadoso ejercicio que se hará el día 28 con la imagen del crucificado de Castillo Lastrucci. Así, una vez visitada la capilla de Los Servitas, la comitiva buscará el convento de Santa Isabel y San Luis para adentrarse en la calle Aniceto Saez, donde se rezará una de las estaciones finales del viacrucis ante la puerta de la casa de las Hijas de la Caridad del Pumarejo. Será el reconocimiento público de los hermanos de La Hiniesta a la labor de estas queridas monjas y su grupo de voluntarios, al tiempo que se pretende abarcar la mayor parte posible de la feligresía. Hay que recordar que los famosos callejones de San Julián ya reciben la visita de las imágenes titulares durante la estación de penitencia del Domingo de Ramos y, en el Corpus, con la procesión de la Hiniesta Gloriosa.

Glorias

La primera salida procesional de Nuestra Señora de la Candelaria Madre de Dios tuvo lugar el 4 de febrero de 1962 “con la presencia de la cofradía de San Nicolás y la del Rocío de Sevilla”. En sus anales históricos de las hermandades de Gloria, Juan Martínez Alcalde explica que “en vista de la gran devoción que despertaba en el barrio” cinco años después, en 1967, se funda la hermandad que “se encargaría también del culto eucarístico, necesario para toda comunidad”. Desde sus orígenes, barrio y hermandad han ido de la mano. Su unión se ha hecho aún más fuerte ante la adversidad de la pobreza extrema que desde hace un tiempo azota la zona, en especial Los Pajaritos, el barrio más pobre de España según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Esta realidad histórica y social es la que ha inspirado los trazos del joven cordobés Juan Francisco Martínez en el cartel de la procesión extraordinaria de los 50 años de la hermandad. La obra, que se presentó anoche en la parroquia de la Candelaria, plasma a la perfección este amor de barrio con una composición realista pero con mucho simbolismo que imita “una capilla callejera” anclada a las más antiguas tradiciones de Sevilla. En ella aparece la imagen de la Virgen de la Candelaria sobre el fondo de un atardecer en la ciudad. Cuelga el retablo de un muro encalado y rematado en la parte inferior con el nombre “Candelaria” a modo de rótulo callejero. A un lado aparecen tres velas derretidas, y al otro, una paloma blanca, que representan “la luz de la vida, la ofrenda del tiempo, la luz de Sevilla, la vida de sus calles”. Es el resultado de una obra “salida del alma” y de la infancia de una joven promesa de la pintura que por primera vez realiza un encargo para Sevilla.

Aniversario

La Semana Santa de Sevilla debe mucho a Antonio Castillo Lastrucci. Muchas de las imágenes que procesionan actualmente salieron de su gubia en apenas tres décadas. Este año se cumple medio siglo de su fallecimiento. Para recordar su rico legado, La Redención y Los Panaderos, dos cofradías que cuentan con titulares realizados por este artista, intercambiarán representaciones de nazarenos en sus respectivos cortejos. Así vemos capirotes negros en Santiago y de terciopelo en la calle Orfila. (Stop). La comunidad carmelita del Santo Ángel celebra esta semana los cultos al Milagroso Niño Jesús de Praga. Besamanos, triduo y procesión el próximo sábado (17.30) con el estreno del templete rococó de los Hermanos Caballeros. (Stop). ~