Una ‘nueva’ casa para el Señor

La hermandad del Gran Poder convoca a cinco estudios de arquitectura a un concurso restringido de ideas para reformar la estética interior de la basílica

26 jul 2016 / 20:43 h - Actualizado: 27 jul 2016 / 18:06 h.
"El Gran Poder","Félix Ríos"
  • La hermandad del Gran Poder acometerá la mejora ornamental del interior de la basílica de la plaza de San Lorenzo. / Fotos: Pepo Herrera
    La hermandad del Gran Poder acometerá la mejora ornamental del interior de la basílica de la plaza de San Lorenzo. / Fotos: Pepo Herrera
  • Una ‘nueva’ casa para el Señor

Han pasado poco más de 50 años desde que se bendijera el actual templo de la hermandad del Gran Poder en la plaza de San Lorenzo. Medio siglo de un anhelado proyecto que en los próximos meses se enfrentará al que debe ser su reto definitivo: la mejora ambiental y ornamental de su aspecto interior. Con ella, la corporación de la Madrugá espera acabar con «la percepción de cierta frialdad» que actualmente se desprende de la estética de la basílica, hilando así un nuevo diseño que, en su conjunto, «arrope» al conjunto de sus imágenes.

Para poder alcanzar este objetivo, la hermandad ha promovido un concurso de ideas de carácter restringido para el que se ha cursado invitación a cinco importantes estudios de arquitectura «de reconocida solvencia» –José Luis Daroca Bruño, Jacinto Pérez Elliott, Alt-q Arquitectura, Rubiño García Márquez Arquitectos y José Ramón Sierra–, con un presupuesto de 30.000 euros de los que Caja Rural aportará el 50 por ciento a través de un convenio entre ambas partes. Todos tendrán hasta el próximo 31 de octubre para presentar unas propuestas que posteriormente serán valoradas por un jurado cuyo veredicto se conocerá antes del 31 de enero de 2017.

El arzobispo de Sevilla, varios miembros de la junta de gobierno y profesionales del ámbito de las bellas artes, la arquitectura, el patrimonio histórico o la universidad, como Carmen Laffón, Gabriel Ruiz Cabrero, Román Fernández Baca, Javier Rodríguez Barberán, Juan Antonio Balbotín y Alfonso Pleguezuelo, serán los encargados de dirimir qué proyecto se adapta mejor a las necesidades del templo. Aunque la hermandad ha dado cierta libertad en sus ideas a los arquitectos, el pliego de condiciones del concurso sí pide que se mantengan aquellos elementos que se han ido añadiendo con posterioridad a la basílica. Algunos como el viacrucis que pintó Antonio Agudo en 1996 –que sí podría cambiar su ubicación–, el órgano, las lámparas votivas o el propio retablo del altar mayor, sobre el que también se permite que se presenten algunas alternativas.

La propuesta que resulte vencedora será asumida por la hermandad que, eso sí, no se plantea por el momento plazos concretos para su ejecución. En gran medida dependerán de los costes económicos que conlleve su realización y de la disponibilidad que tenga la tesorería de la corporación para poder asumirlos. Tampoco hay visos, por ahora, de que las obras obliguen a trasladar a las imágenes a otro templo cercano. «Aún no nos planteamos si habría que cerrar la basílica o salir desde otro lugar», dijo su hermano mayor Félix Ríos. Al menos de momento, ya que la hermandad no tiene previsto debatir este extremo hasta que se conozcan todos los detalles del proyecto.