Unas manos entregadas al Cerro

Francisco Verdugo ya ha tallado un 40 por ciento del paso del Nazareno de la Humildad

14 sep 2017 / 08:26 h - Actualizado: 14 sep 2017 / 10:57 h.
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Han pasado quince meses desde que la hermandad del Cerro del Águila confiara la confección de un nuevo paso para su titular, el Nazareno de la Humildad, al tallista Francisco Verdugo. Será el tercer paso que esta corporación ponga en las calles de Sevilla para procesionar a la Santa Iglesia Catedral.

Al entrar en el taller del artista, nos recibe la imponente talla. Un frontal de 2,65 metros, 4,60 metros de largo. siete trabajaderas para treinta y cinco costaleros. Una robusta estructura en madera de pino y cedro para portar y elevar al cielo al humilde nazareno. Ya dibuja parte de los hermosos detalles de su canasta y sus respiraderos. Ante nosotros se eleva la gran envergadura del nuevo paso para el Cerro del Águila.

Aún queda trabajo, pero, según nos explica Verdugo, su construcción «avanza a buen ritmo. A día de hoy, ya se ha completado entre el 35 y 40 por ciento de su elaboración completa. Le queda bastante, pero estoy tocando varios puntos a la vez. Tanto respiraderos como canasto. Aún no he empezado con los candelabros, porque tienen mucha elaboración y quiero dejarlo como una segunda fase».

Su estilo barroco está salpicado con elementos innovadores. «La arquitectura del paso es lo principal, y tiene una originalidad patente que va a ver todo el mundo cuando se estrene. Tiene una serie de connotaciones que no se dan usualmente en otros», asegura Verdugo. La línea de esta obra irá en consonancia con el estilo de la hermandad, que pidió que «no se perdiera la personalidad y la idiosincracia de la cofradía», afirma. «Yo capté esa idea. En un principio pensé en un paso dorado, por espectacularidad y porque el Nazareno es una imagen que está viva, que tiene fuerza y lo admite. Pero la corporación ponía ese requisito y yo lo veo lógico y sensato. El paso mantendrá un tono cromático que es el barniz, combinado con el metal que lleva el paso del misterio. En este caso, imitará al bronce, para que no pese demasiado».

Teniendo en cuenta la cantidad de horas que el Cerro se lleva en la calle, la funcionalidad en todos los elementos es primordial. «En el proyecto yo pensé que los faldones fueran bordados, pero después me di cuenta de que eso supondría un peso y una rigidez adicional. A la hora que pasa la hermandad por la avenida hace mucho calor, y levantar los faldones sería difícil. Por eso desistí de la idea original, en favor de la funcionalidad de la obra».

Este tallista sevillano juega con ventaja. Es hermano del Cerro, conoce bien las entrañas de la corporación y del barrio. Verdugo trabaja ilusionado, «con una emoción tremenda, y también con una gran responsabilidad. Sé que no puedo fallar a mis hermanos».

La imagen del titular nazareno procesionando por las calles de Sevilla será algo histórico. «Va a ser algo único. Se estrenarán tanto el paso como la imagen en la calle, ya que el Nazareno no ha visto la luz desde que llegó en 2005. Al proyecto le faltan meses de esfuerzo, horas de reloj. Pero le sobran ganas. Los hermanos del Cerro esperan con ansias que llegue el momento. «Todo el mundo me pregunta si se estrenará el año que viene. No podemos asegurar nada. Estamos trabajando a un ritmo importante y vamos a hacer todo lo posible».

El autor deja volar su mente hacia el futuro cercano. «Más que en el centro de Sevilla o en la Catedral, me lo imagino en el barrio. Las imágenes que me vienen son dentro de la iglesia, con los hermanos, y en su salida a ojos de la gente del barrio y todo aquel que se acerque a verlo», Verdugo lo tiene claro: «Quiero entregarle a la gente del Cerro lo máximo que yo pueda hacer con mis manos».