Guía cofrade: ‘Vela rizada’ (248)

Con este término se define un tipo de cirio que forma parte de la candelería del paso de palio y que presenta unas características muy determinadas. También conocida como flor de cera, la vela rizada ya se empleaba en la Semana Santa del siglo pasado. En principio, se solía utilizar en gran cantidad para llenar los espacios intermedios de grandes dimensiones que quedaban en los pasos. También se empleaban para tapar las bases de las velas verticales. Con el paso del tiempo, su uso ha quedado a criterio de las propias hermandades, que, dependiendo de su estilo, han decidido mantener este exorno o prescindir de él. En este último grupo, se encuentran, por ejemplo, las hermandades de ruan o de silencio, que habitualmente se corresponden con palios de cajón, con un aire más sobrio. Cada hermandad, para diferenciarse de las demás, coloca las flores de diferentes formas pero la tradicional es hacerlo en tres filas delante de la Virgen. Primero las más bajas; luego, las intermedias; y finalmente, las altas. La Virgen de la Esperanza Macarena suele llevar dos velas rizadas en la parte de atrás a la altura de los hombros, acompañando así a la imagen a ambos lados. La elaboración de estos artículos ha generado toda una industria artesanal, que ha desarrollado multitud de diseños. Hay distintos tipos de flores: claveles, campanitas –muy vistosas porque se balancean–, rosas, minicalas... Ello dependerá de las modas que imperen cada año y del gusto estético de la cofradía. De hecho, en algunas ocasiones hay quienes dejan de ponerlas en el palio. Ahora también está de moda encargar flores de cera para los cultos y triduos en vez de flores naturales para decorar los altares. Recientemente, la dolorosa de San Gonzalo ha contado con flores de cera con cristales de Swarovski con motivo de su salida extraordinaria tras la coronación canónica en la Catedral.