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“Me da lo mismo dónde subamos. La otra vez fue en el AVE y lo celebramos igual”

ENTREVISTA. Jorge Molina, el delantero de moda en el Betis, disfruta de su mejor momento. Atrás queda la marginación que sufrió en la primera vuelta. Delante esperan el ascenso y... ¿la esperada mejora de su contrato?

16 abr 2015 / 22:05 h - Actualizado: 17 abr 2015 / 17:45 h.
"Real Betis","Jorge Molina"
  • Jorge Molina traza su perfil sobre una de las cristaleras de la sala de prensa del Villamarín, tras el entrenamiento del jueves / José Luis Montero
    Jorge Molina traza su perfil sobre una de las cristaleras de la sala de prensa del Villamarín, tras el entrenamiento del jueves / José Luis Montero

—Cinco victorias en seis jornadas. Buena racha, ¿no?

—Sí, el equipo es consciente de lo que se está jugando y es el momento más importante. Este mes hemos jugado contra rivales directos y el resultado fue muy bueno.

—Si no fuese porque es el Betis, diríase que tienen el ascenso medio hecho...

—No, aún quedan nueve partidos; muchísimos puntos. Hemos hecho lo más difícil después de no haber empezado muy bien y ahora queda rematar la faena.

—¿Hace cuentas o mira dónde puede subir el Betis? ¿Le hace ilusión algún sitio?

—Lo que me hace ilusión es subir. Hacer cuentas no sirve de mucho porque dependes del resultado de los demás.

—¿Mejor en casa que fuera para ofrecérselo a la afición?

—La otra vez subimos en el AVE y lo celebramos igual (ríe). Me da lo mismo.

—El ascenso, futbolísticamente hablando, sería muy distinto al de 2011, ¿no?

—Las características del equipo y los jugadores son diferentes. Tampoco podemos jugar bien en todos los partidos y ganar. Estamos viendo que la categoría es muy complicada, los rivales directos incluso pierden. Hay momentos en que conviene ser más efectivos, pero también ha habido partidos en los que estuvimos bien. A todos nos gustaría jugar como el día del Valladolid, pero se trata de alcanzar el objetivo. Si jugamos bien, mejor. Si no, no pasa nada.

—¿Qué sentirá si lo logra: felicidad o alivio?

—De todo un poco. Una alegría enorme, porque ha sido una temporada difícil, en el plano personal también; y alivio por quitarme la espina del descenso.

—Velázquez, Merino y Mel. ¿Porcentaje de responsabilidad de cada uno de que el Betis sea líder hoy?

—Con Velázquez los resultados no fueron los que todos queríamos. Merino estuvo cuatro partidos y logró cuatro victorias; más no se le puede pedir. Y con Mel sólo ha habido una derrota, así que muy bien también.

—¿Y qué responsabilidad tiene Mel de que Molina lleve 12 goles? ¿El 100%?

—El 100% no creo (ríe). Sí tiene una parte importante porque me conoce muy bien y me está transmitiendo toda la confianza del mundo, pero con Merino ya empecé a jugar un poco más y sentirme valorado otra vez.

—Mel insiste en que lo convenció de que era más que un tanque. ¿Es verdad?

—Es verdad. Yo siempre jugaba de delantero de referencia y aquí estamos con los papeles cambiados. Todo el mundo se cree que Rubén tendría que ser el que viniera a recibir más y yo haga de delantero centro, pero es Rubén el que juega un poco más arriba y yo soy el que busca enlazar. Es cosa de Mel, ha intentado metérmelo en la cabeza y está funcionando.

—Cinco años aquí y es ahora cuando atraviesa su mejor racha goleadora...

—Es una temporada peculiar. Durante toda la primera vuelta casi no jugué y ahora paso a tener esta racha muy positiva. Ojalá podamos alargarla hasta el final.

—Velázquez duró 14 jornadas y Molina no jugó ni un minuto en la mitad de ellas. ¿Llegó a saber por qué?

—No. Intentas darle vueltas y saber por qué no juegas. Tienes que ser autocrítico, ver lo que estás haciendo mal, pero mi forma de entrenarme es siempre la misma, incluso trabajaba más porque al no tener ritmo de partido debes exigirte más en el día a día. Cuando tenía descanso, iba a trabajar.

—No estaría en mucha peor forma que ahora, ¿no?

—Para no jugar nada de nada, creo que no.

—¿Le molestó que Alexis vinculase entonces su contrato a su rendimiento?

—No quiero volver a crear ninguna polémica, pero a nadie le gusta que cuando se le dice una cosa no se cumpla después.

—¿El tema sigue parado?

—Sí. No lo he dicho yo, también Alexis. No me gusta que me digan una cosa y después no se cumpla, pero no puedo hacer otra cosa.

—¿Estará en el Betis la próxima temporada?

—Tengo contrato y estoy muy a gusto y contento aquí.

—El beticismo, desde luego, sí está a sus pies...

—Le estoy agradecido. Sobre todo por el año pasado. Después de una temporada tan mala, al final me aplaudieron y eso es un gesto que agradezco mucho. Por eso sentía también que debía estar aquí para ayudar al equipo a volver a subir. Fui uno de los culpables, como mis compañeros y más gente, y quería ser parte importante del ascenso.

—¿Le da tiempo de llegar a los 18 goles de la 2010-11?

—Está complicada la cosa (ríe). Sería marcar casi uno por partido.

—¿También mira sus marcas, como Rubén?

—No, pero ahora por internet y demás te llega por una parte u otra y te acabas enterando. Siempre es bonito ir superando marcas.

—¿Qué sería de Jorge Molina sin Rubén Castro?

—Tengo mucho que agradecerle. Es mi compañero de habitación y mi amigo y nos complementamos bien, ninguno de los dos es egoísta y eso hace que te encuentres muy a gusto con él.

—En el año más problemático para ambos, Rubén llega a 20 goles y Molina está como está. ¿Cuál es el truco?

—Al final es abstraerte de todo y centrarte, porque lo único en lo que puedes influir tú es lo deportivo.

—¿Se imagina un año tranquilo en el Betis?

—Es complicado (ríe), pero bueno, menos el año pasado, que sí fue un desastre en todo, en el resto se han ido consiguiendo los objetivos.

—¿Se parecen este año y el del último ascenso?

—Ese año fue difícil: la ley concursal, la venta de Oliver... Hubo jaleos por todos lados, pero el equipo supo centrarse. Este también es un año difícil porque vienes de uno muy, muy malo y es normal que la gente esté quemada con el equipo. Al principio fue complicado y después han pasado muchas cosas que no nos lo facilitan.

—Jordi es quizá el gran ejemplo de cómo revertir la antipatía de la afición, ¿no?

—Son los resultados. No estuvimos bien, Jordi tampoco, y ahora es al contrario, su temporada es muy buena y el público lo reconoce.

—¿Dónde estaría el Betis sin Dani Ceballos?

—Es un chaval pero nos está ayudando muchísimo. Tiene todas las condiciones para seguir mejorando y llegar lejos. Ahora debe tener la cabeza bien amueblada para saber llevar y administrar todo esto. Pero tiene calidad, entrega... Nos estamos beneficiando muchísimo de él.

—¿Ha enfocado su estrellato con la actitud idónea?

—Creo que sí. El míster también le ha ayudado. Tuvo un momentito de bajón en el rendimiento y el míster le ayudó. Ahora vuelve a ser el Dani que deslumbró.

—¿Con usted también hizo Mel de psicólogo?

—La verdad es que no. El primer partido no jugué porque estaba jugando Rennella y a raíz de sus cinco amarillas intenté aprovechar la oportunidad.

—Vaya si lo hizo. Rennella le tendrá cierto coraje...

—No, es muy buen tío también. Igual que yo en la primera vuelta supe asumir que no tenía minutos, ahora él lo hace perfectamente igual. Y cada vez que sale nos ayuda muchísimo.

—¿Hasta qué punto el cambio de ‘look’ y esa barba han influido en su racha?

—(Ríe) Me dio por ahí y están yendo bien las cosas. No vamos a tocarlo, por si acaso.

—Hablando de algo más serio, se hace difícil imaginar a Jorge Molina amañando un partido...

—Los abogados nos dicen que no hablemos nada.

—¿Cómo fue ese día ante el juez en Pamplona?

—Un día muy complicado. Muy, muy difícil.

—¿Tiene la conciencia tranquila?

—Sí.