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Actualizado: 03 sep 2018 / 19:54 h.
  • La leyenda del luchador borracho: Guantazos a espuertas
    Las coreografías de la película son impecables. / El Correo
  • La leyenda del luchador borracho: Guantazos a espuertas
    La leyenda del luchador borracho (Drunken Master II) es una opción más que divertida que pueden ver grandes y pequeños. / El Correo
  • La leyenda del luchador borracho: Guantazos a espuertas
    El protagonista Wong Fei Hung se ve envuelto en situaciones completamente absurdas. / El Correo
  • La leyenda del luchador borracho: Guantazos a espuertas
    La película se rodó el año 1994 y fue dirigida por Liu Chia-Liang junto a Jackie Chan. / El Correo
  • La leyenda del luchador borracho: Guantazos a espuertas
    El histrionismo casi disparatado es una constante en este tipo de cine. / El Correo

No son pocos los fans de películas en las que el Kung-fu articula toda la cinta. Posiblemente, con Bruce Lee se popularizó este tipo de cine; peleaba contra veinte o treinta personas y ganaba con cierta facilidad. Artes marciales chinas en las que las patadas, los puñetazos, los gritos agudos acompañados de gestos incomprensibles en Occidente y una clara contraposición entre el bien y el mal, son protagonistas absolutos. Las coreografías (en las películas con un mínimo presupuesto) son espectaculares y en las grandes películas de este género lucen fantásticas.

Existen varios clásicos de este género. Uno de ellos es El mono borracho en el ojo del tigre. Y es ese el que se pone al día con La leyenda del luchador borracho (Drunken Master II) que se tituló de forma original como Jui kuen II (The Legend of Drunken Master). La película se rodó el año 1994 y fue dirigida por Liu Chia-Liang junto a Jackie Chan.

Es una película divertidísima. Eso sí, llena de los tópicos a los que estamos acostumbrados cuando pensamos en el cine asiático de acción: histrionismo disparatado, chistes sin gracia alguna, mezcla de fantasía y realidad, además de combates maravillosos, rápidos, brutales. Otra de las curiosidades que hay que señalar es que es el momento de rodar la película no se utilizaba la técnica como ahora y Jackie Chan, por ejemplo, se las tiene que ver con unas brasas usando solo un par de guantes (no se aprecia a primera vista, pero si el espectador fija la atención si lo puede apreciar).

Los diálogos son espantosos, la trama una cosa completamente absurda y los elementos técnicos con las que contaron los realizadores bastante escasos. Las interpretaciones resultan, al menos, extrañas. Y la puesta en escena está muy bien. Como ya se ha dicho, lo mejor es la coreografía de cada combate. Destaca, junto a Chan, la actriz que interpreta el papel de madre del protagonista. Graciosa.

Lo que cuenta La leyenda del luchador borracho (Drunken Master II) es que el gobierno británico trafica con arte chino de forma ilegal. El protagonista Wong Fei Hung descubre el asunto y se ve envuelto en situaciones completamente absurdas que le llevan a tener que enfrentarse con los malhechores. Intenta todo lo posible para capturar a los delincuentes antes de que saquen las obras de arte del país. ¿Cómo es capaz de lograrlo? Bebiendo alcohol. Como suena. Si bebe sin control es capaz de luchar contra un número improbable de contrarios y puede realizar movimientos que parecen imposibles.

Las películas de este tipo son divertidas y los fans de las artes marciales chinas disfrutan con ellas de lo lindo. El resto de espectadores puede pasar un buen rato. Eso sí, el que busque un cine de primera categoría que ni lo intente.

Existen un buen número de películas que son imprescindibles para los amantes del género.

Una de ellas es Karate a Muerte en Bangkok de Bruce Lee. El villano comienza a asesinar a buena parte de la familia del protagonista. Cuando este se cansa se lía a guantazos y pone en su sitio al mafioso de turno.

El furor del dragón es otro título mítico. Bruce Lee vs. Chuck Norris en Roma. No digo más.

Operación Dragón. Otro título protagonizado por Lee. Un clásico en el que aparecen otros actores que se hicieron hueco en este tipo de cine: John Saxon y Jim Kelly.

Estas tres películas se rodaron en tres años consecutivos, de 1971 a 1973.

Se pueden incluir otros títulos, pero son otra cosa. Si añadimos Kill Bill o Tigre y Dragon, nos vamos al cine de calidad en el que se busca algo que está más allá de un puñado de peleas. Si hablamos de películas como Kung fu sion lo hacemos de una gamberrada absoluta. Y si tratamos de mezclar con todas estas una obra maestra como Los siete samuráis de Akira Kurosawa estaríamos cometiendo una especie de herejía cinematográfica.

La leyenda del luchador borracho (Drunken Master II) es una opción más que divertida que pueden ver grandes y pequeños. Este cine es casi trasparente y la violencia se suele resolver con algún chiste, con alguna situación ridícula con la que descargar de tensión la escena.