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Actualizado: 01 ago 2018 / 23:06 h.

Al contrario del resto de las comedias de Plauto, ‘Los Cautivos’ se distingue por conformar lo que hoy conocemos como un drama. El mismo escritor lo reconoce abiertamente al principio de la obra. Un prólogo que este montaje ha respetado a rajatabla, tal vez demasiado teniendo en cuenta su vocación de llevar a cabo una versión libre que acerque el clásico a nuestra realidad actual.

En la obra original todos los personajes son hombres, amos y esclavos, o lo que es lo mismo, cautivos, ya que la mayoría de los esclavos adquirían esa condición tras perder una guerra. Pero más que denunciar este hecho, Plauto se centra en la relación de afecto y fidelidad del cautivo respecto a su amo lo que, de alguna manera lo dotaba de una humanidad que entonces se negaba.

El argumento gira en torno a un esclavo que, llegada la hora, es capaz de sacrificarse por su amo cuando, debido a la guerra, ambos caen en manos de un comerciante de cautivos, que en realidad no es más que un padre que busca liberar a su hijo, quien a su vez también ha sido esclavizado. Esta nueva versión respeta esa línea argumental pero cambia, con acertado atrevimiento, el género de los personajes. Los papeles masculinos son sólo los secundarios, todos ellos interpretados con auténtica versatilidad por Antonio Raposo, mientras que el peso de la obra recae en las mujeres. Con ello la dramaturgia se centra, por encima de todo, en denunciar cómo en muchos países, incluidos los occidentales, las mujeres son utilizadas como simple monedas de cambio, útiles sólo como objetos sexuales. Pero las guerras también las convierte en supervivientes dispuestas a todo con tal de proteger a sus hijos. Sólo la figura de la esclava protagonista se salva de esa condición, adquiriendo con ello un carácter heroico. Sin duda, en la época de Plauto eso debió significar toda una lección para los romanos, pero hoy en día, por fortuna que una esclava sea tan fiel como un perrito a su ama es algo inconcebible. De ahí que, a pesar de tratarse de un ejercicio de libertad creativa que apunta maneras, esta nueva versión no acaba de conseguir su objetivo.

La puesta en escena se decanta por un tratamiento trágico que dota a la historia de un tempo algo denso, a fuerza de intercalar monólogos de corte narrativos y centrar el contenido dramático en el sufrimiento. Las actrices no acaban de dotar a sus personajes de la humanidad que requieren y en ocasiones carecen de dominio escénico. Claro que no es fácil moverse por un escenario de las dimensiones del Teatro Romano sin más apoyo que el texto y una escenografía conceptual que, al igual que la iluminación, se rige por el principio de menos es más. No obstante, la dramaturgia colma la obra de acciones y algunas escenas, como la del principio, alcanza un alto grado de emotividad y potencial visual.


Obra: Las Cautivas

Lugar: Teatro Romano, 31 de julio/ Festival Teatros Romanos de Andalucía

Compañía: La Diana

Producción: La Diana/GNP Producciones

Autor: Plauto

Dramaturgia y dirección: Antonio Raposo

Composición y diseño del espacio sonoro: Ángel García Díaz

interpretación: Esperanza García Maroto, Eva Tirado, Julia Monge, Farah Hdmed, Antonio Raposo.

Calificación: **