El ámbito de la ilustración lleva tiempo dando grandes alegrías en Sevilla. A los nombres más conocidos viene a sumarse ahora el de Desirée Acevedo, onubense afincada en la capital hispalense que con solo tres títulos ha logrado hacerse un hueco en este disputado mundillo. El último, Simeón el camaleón (Pábilo), se presenta mañana sábado (11.30 horas) en Mamafante y Papaposa, en la calle Fray Diego de Cádiz, 11.
«Simeón es un camaleón común, con sus escamas, sus dedos oponibles, su cola rizada y con su capacidad de cambiar de color, como todos los camaleones», explica la autora. «Un día mientras dormía una siesta mañanera, un rayo golpeó la rama donde se encontraba y cayó al suelo. Muy asustado se escondió bajo unas hojas, y cuando salió se dio cuenta que no se había vuelto verde, ¡había perdido los colores! Así que se va a buscarlos. Intenta varias cosas, pero nada le funciona. Finalmente los encuentra en el sitio menos pensado».
En palabras de la artista, que asume texto e ilustraciones, se trata de «un proyecto que nace precisamente pensando en las veces que perdemos los colores y lo vemos todo negro. De todas esas veces que logramos el impulso con la ayuda de alguien querido», dice. «Es importante tener herramientas individuales para salir a flote, pero hay veces que necesitamos una mano amiga que nos brinde un pequeño empujón».
Esta vez el planteamiento gráfico fue sensiblemente distinto al empleado en su anterior obra, las aventuras de una gota de agua llamada Awi. «Con Simeón quise investigar con el dibujo digital. La historia es completamente distinta, incluso su protagonista tiene distintos intereses y conflictos», comenta Acevedo. «Awi fue el primer álbum ilustrado que hice, Simeón es el tercero. Se nota un salto de calidad en la representación de cada escena y en los giros de la historia».
Sea como fuere, la artista afirma no dibujar solo para niños: «Pienso que los álbumes ilustrados son un objeto de arte en su totalidad, ya que aunan varias especialidades artísticas: ilustración y escritura», asevera. «Cuando me preguntan sobre la edad a la que está destinado uno de mis libros, siempre contesto lo mismo: entre 1 y 99 años».
Desirée Acevedo no para. Tras alumbrar este libro, actualmente prepara un nuevo proyecto en colaboración con Jose Carlos Román, mientras las ideas se le acumulan en el escritorio. «Es difícil abrirse camino para una ilustradora, para un escritor, para una fotógrafa, para un pintor, y para cualquier persona que quiera dedicarse al mundo artístico. Hay mucho producto y cada vez menos demanda, por eso creo firmemente que es tan importante que los niños y niñas tengan a mano este tipo de libros, para crear primeros lectores».
Cuando se le pregunta si la ilustración es un territorio hegemónico para las mujeres, habida cuenta de las espectaculares artistas que están surgiendo en los últimos tiempos, duda un instante antes de responder: «Definitivamente no, la ilustración es un territorio de hombres y mujeres», dice. «Pero si he de ser sincera, creo que hay más mujeres dedicadas a la ilustración infantil, pero como pasa con los mejores chefs, los nombres más conocidos son de hombres».
«Sigue habiendo un regustillo machista en este tipo de profesión, por eso, si hay una exposición, hay más nombres de hombres que de mujeres. Si hay un curso de ilustración donde imparten varios profesionales, quizás encuentres cinco hombres y una mujer. Cosas curiosas que pasan, porque mis ilustradoras favoritas todas tienen nombres de mujer y las tenemos cerca, como Raquel Díaz Reguera, Irene Mala o María Hesse. Y no es que las elija porque soy mujer, su talento habla por sí solo», concluye la artista.