Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
Actualizado: 23 feb 2018 / 12:01 h.
  • «Nos educan para estar mal enamorados y pasa factura»
    Alaska y Mario Vaquerizo caracterizados como Carlota y Paco, personajes de El amor sigue en el aire. / El Correo
  • «Nos educan para estar mal enamorados y pasa factura»
    Carlota (Alaska) y Paco (Mario Vaquerizo) en El amor sigue en el aire. / El Correo
  • «Nos educan para estar mal enamorados y pasa factura»
    El elenco de El amor sigue en el aire (Mario Vaquerizo, Bibiana Fernández, Alaska y Manuel Bandera). / El Correo

Alaska y Mario Vaquerizo, como toda España sabe, son un matrimonio de lo más cool. Ella es la mitad de Fangoria. Él es periodista, mánager y vocalista del grupo Nancys Rubias. Ahora se convierten en Paco, un hippie trotamundos, y en Carlota, una peluquera un tanto choni. Después de un año y medio, ponen fin a El amor sigue en el aire, la obra dirigida por Félix Sabroso

—Hacéis de todo. Estáis en la radio, en la televisión, sois cantantes... ¿De dónde habéis sacado el tiempo para esta tournée teatral?

Mario: Llevando una vida muy ordenada. Soy una persona muy disciplinada a pesar de ser muy alocado. Pero tengo la suerte de que mis aficiones son mi medio de vida y, aunque trabaje mucho no tengo esa sensación, porque me divierto con lo que hago. Ahora me ha picado la adicción al teatro.

Alaska: Pero hubo que hacerle un hueco al teatro. Cuando te centras en algo así tienes que dedicarle mucho más tiempo que al resto de cosas y recortar de lo personal.

—Estamos acostumbrados a Alaska y a Mario, ¿No es difícil veros ahora interpretando a personajes totalmente opuestos a vosotros?

M: Ahí está el reto. Es importante que la gente no venga a ver a Mario Vaquerizo y a Alaska. Creo que se ha conseguido. Paco es un hippie y yo soy un capitalista. Pero sí es cierto que, en el fondo, Paco y yo tenemos dos cosas en común. Somos buena gente y personas de las que nadie espera nada hasta que se dan cuenta de que no somos tan tontos como parece.

A: Es cierto que hay un equilibrio muy bueno entre lo que somos y lo que son los personajes. Carlota es una mujer poco educada y yo soy todo lo contrario, mucho más calmada. Pero algo hace que no se pierda la relación con lo que la gente ve normalmente de nosotros. Y eso es gracias a Félix.

—Ambos habéis estado en muchos escenarios con vuestros respectivos grupos. ¿Qué supone para vosotros subir a las tablas para hacer teatro?

A: Curiosamente hay una cierta similitud. Para mí fue más fácil hacer teatro por haber hecho conciertos. Es distinto a hacer televisión o cine, aquí sabes que tienes al público mirándote y que las cosas tienen que salir sí o sí.

M: Mi sensación en las primeras representaciones era de gran nerviosismo, pero tras varias funciones también me di cuenta de que el teatro es algo muy parecido a dar conciertos. Se genera el mismo calor del público.

—¿Lo más complicado?

M: Aunque parezca una gilipollez, nunca antes hubiese pensado que era tan difícil andar y hablar a la vez.

A: En mi caso lo más complicado fue aprenderme el texto y hacer las tres primeras funciones. Lo mismo me pasa cuando hago conciertos.

—Habéis llenado los teatros. ¿A qué se debe este éxito?

A: El éxito es algo que ocurre, sin saber por qué. Pero el éxito no es solamente llenar un teatro. La satisfacción del trabajo bien hecho va mucho más allá.

M: El éxito tiene que ser personal, pero si luego te acompaña un éxito comercial, mejor, te da más seguridad. Yo no pretendía conseguir este éxito. Mi intención era hacer bien mi trabajo. La pretensión puede causar frustración. Lo principal es disfrutar, aunque sea para tres personas. Además, es una comedia muy ligera y fácil de digerir, para todos los públicos. La gente no quiere ir al teatro a ponerse triste con todas las cosas que pasan en el día a día. También ayuda el tema. El amor es universal.

—¿Qué es el amor para vosotros?

A: Es algo muy complicado. Amistad, atracción, compenetración. No se puede definir. Pero todos sabemos en que es diferente el amor que tenemos a nuestros amigos del que tenemos con nuestra pareja.

M: Yo se lo que no sé es. Ni matemáticas, ni logaritmos. Es una chispa. La suerte está en ser correspondidos y que el día a día sea total, a pesar de las crisis. Yo llevo 18 años con Alaska y hemos pasado por todo tipo de etapas. No es malo tener discusiones. El problema es que nos educan para estar mal enamorados y eso pasa factura. Hay una imposición social por la que mucha gente juega a estar enamorada.

A: Sí. Entendemos mal el amor. Nos han hecho creer que si no tenemos una pareja estamos a medias. Y eso no es verdad, lo importante es estar bien.

—Al final ¿triunfa el amor?

A: En la obra sí. En la vida no siempre, pero no hay que considerarlo un fracaso. No todo tiene por qué acabar en un cuento de hadas. A veces la vida te une y otras te separa.

—Esta obra se acaba, pero seguro que el teatro no se va a separar de vuestras vidas.

M: De hecho habrá un nuevo proyecto teatral del que aún no sé prácticamente nada. Será para mediados de 2019. De momento yo tengo que seguir con Nancys y Alaska ya está preparando nuevo disco de Fangoria.