Una obra de teatro con tres personajes que en realidad es un monólogo. Es lo que nos proponen Andrés Lima y José María Pou con este montaje, una adaptación teatral un tanto fallida de la conocida novela de Herman Melville.
Aunque en la obra original el autor dedica muchas páginas a describir las técnicas de pesca de las ballenas, esta versión se centra fundamentalmente en el deseo del protagonista de vengarse de la ballena que le dejó con una pierna de madera, un afán que se convierte en algo tan obsesivo que le lleva al extremo de la crueldad y la locura. Se trata, por tanto, de un tema tan interesante como profundo, tal vez demasiado.
A pesar de contar con un dramaturgo de la talla de Juan Cavestany, el texto no deja de ser una reflexión más narrativa que dramática. Probablemente por eso Andrés Lima ha optado por una puesta en escena grandilocuente, repleta de efectos de imagen y sonido, y José María Pou perfila a su personaje con una interpretación al borde de la sobreactuación. Pero ni lo uno ni lo otro consiguen dotar a la obra de potencial emotivo. El ritmo decae en muchos momentos; los dos personajes que acompañan al protagonista, aunque bien interpretados por Jacob Torres y Oscar Kapoya, no son más que un mera comparsa y el discurso abusa de la reiteración y resulta tan tedioso que, al final, no acabamos de tener claro lo que pretende transmitir.
Obra: Moby Dick
Texto: Juan Cavestany, basado en la novela de Herman Melville
Dirección: Andrés Lima
Imágenes: Miguel Ángel Raió
Intérpretes: José María Pou, Jacob Torres y Oscar Kapoya
Calificación: **