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Actualizado: 13 sep 2018 / 23:58 h.
  • Imagen promociponal de la obra de Joaquín Grilo ‘Cositas mías’. / El Correo
    Imagen promociponal de la obra de Joaquín Grilo ‘Cositas mías’. / El Correo

La Bienal la salvan siempre los buenos artistas, y el jerezano Joaquín Grilo lo es. Lo era ya cuando comenzó a bailar hace muchos años y ha acabado siendo un bailaor de primera línea, creador de un gran talento y con una cualidad imprescindible en un artista: nunca aburre. Se puede permitir icluso meternos alguna bacalada de vez en cuando en cada espectáculo, porque diez minutos más tarde, como tiene el don del genio, la lía en un movimiento totalmente improvisado que te hace cosquillas en la piel. Eso pasó anoche en el Lope de Vega, con Cositas mías, una propuesta potente con una base musical atrás impresionante, desde la cantaora Mara Rey hasta Dorantes, pasando por el guitarrista Antonio Rey –él solo ya fue un espectáculo–, el percusionista Isidro Suárez, Makarines o el violinista Faikal. Arte y calidad al servicio de una manera de bailar muy intuitiva, de mucho alarde físico sin desdeñar el arte, que es lo que más me gusta de Grilo, su arte, de una personalidad arrolladora. ¿A quién imita el jerezano? Si alguna vez imitó a alguien, algo que hacen todos, ahora no lo hace aunque veamos influencias notables, pero pocas. Anoche maravilló por soleá y por tangos, y en las alegrías y las bulerías, su gracia y riqueza de movimientos fue extraordinaria. Todo realizado con una elegancia tan personal que embelesaba. No me gustó tanto en Semblanza de un río, una pieza un tanto quemada de Dorantes. Bastante mejor cuando le cantaba Mara Rey, que tiene una voz rota que le hería y un compás que le obligaba a lucirse. El bailaor necesita emoción para emocionarse y transmitir, y esa emoción se la dieron la cantaora y su hermano, el gran guitarrista Antonio Rey. Lo de este guitarrista es de otro mundo, es de los mejores de su generación y no estoy muy de acuerdo cuando se habla de su excesiva técnica. Tiene una técnica brutal, pero toca con alma y anoche estuvo especialmente metido en el especáculo, de ahí que Grilo bordara tantas piezas de la obra y se sintiera tan agusto. Incluso en el cumplé por bulerías María de la O, que mara cantó sacando pellizcos de las últimas habitaciones de la sangre, que diría Lorca. Hasta Makarines sonaron de maravilla, con unas voces preciosas y muy metidas siempre en el compás. La habilidad de Joaquín Grilo con este espectáculo es que logró combinar individualidades estupendas, para conseguir un conjunto excelente. Un gran espectáculo, vibrante, justo en el tiempo para estar compuesto de doce piezas. Lucimiento de Joaquín Grilo y de todos los que estuvieron en el escenario. Disciplina y frescura al servicio del arte.

Ficha de la crítica ****:

Teatro Lope de Vega. 11 de septiembre. Obra: Cositas mías. Baile: Joaquín Grilo. Guitarra flamenca: Antonio Rey. Cante: Mara Rey. Percusión: JIsidro Suárez: Violín: Faikal. Entrada: Lleno.

Manuel Bohórquez