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Actualizado: 08 ago 2018 / 21:59 h.
  • Un proyecto ambicioso

En los tiempos que corren no es fácil embarcarse en la producción de una obra de gran formato para 13 bailarines y diez músicos, pero tal y como él mismo ha declarado, a Rafael Amargo le va el exceso y con este nuevo espectáculo se ha propuesto demostrarlo.

Se trata de un proyecto tan ambicioso como complejo con el que el bailaor granadino se propone situar en el mismo plano el teatro, el baile flamenco y la danza, clásica y la contemporánea, aunque predomina el flamenco, tanto en el baile como en la música, y el teatro se resume en un prólogo y algunos monólogos que más que enriquecer el discurso lo enrarece.

Y es que, tal vez buscando llegar a un público masivo y heterogéneo, la dramaturgia pretende homenajear a Dionisio y su espíritu vital y desmedido haciéndole convivir en escena con toda una gama de personajes que lo único que tienen en común es su pertenencia a la cultura clásica griega, como los mitos de Teseo, el Minotauro y Ariadna; los dioses Zeus, Afrodita, Artemisa y Apolo, y algún que otro personaje de fábula. Pero, a pesar de la simbología del vestuario y los parlamentos de Zeus y el personaje de la conciencia, lo cierto es que si no fuera por el programa de mano no sabríamos reconocerlos y al final no acabamos de enterarnos de la razón de su presencia en escena.

No obstante la obra se salva porque contiene toda una gama de imágenes hermosas delimitadas por la danza, tanto la clásica como la flamenca. No en vano cuenta con una magnífica coreografía, a cargo de un artista de la talla de Ramón Oller, y una excelente nómina de figuras del baile. Benjamin Leiva protagoniza un número de pareja con Rafael Amargo, a compás de tangos, repleto de figuras desbordantes y delicadas a un tiempo; Hernán Piquin preña su baile clásico de dominio y donosura, Lucia Ruibal desprende todo lo que de solemnidad y sensualidad contiene el flamenco y Juan Carlos Nieto nos brinda un solo cargado de emotividad y poderío. Pero el espectáculo no acaba de caldear del todo el ambiente hasta el final, cuando el teatro cede el sitio al flamenco y salen a escena los músicos y los cantaores y cantaoras para interpretar en directo unas seguiriyas muy rítmicas con las que se lucen Sandra Hita y Rosana Romero con su baile, cuajado de flamencura, que da paso a un baile por soleares con el que Amargo no se resiste a demostrar sus orígenes como bailaor flamenco.


Obra: Dionisio, la vid... y Mil noches

Lugar: Teatro Romano, 7 de agosto/ Festival Teatros Romanos de Andalucía

Dramaturgia y dirección: Isdel Pablo Mori

Composición musical: Jesús Durán

Colaboración musical: Tomatito

Coreografía: Ramón Oller

Dirección, espacio e imágenes: Rafael Amargo

Interpretación: Rafael Amargo, Hernán Piquin, Luciana Bonfianino, Lucía Ruibal, Cecilia Sarli, Iñaqui Márquez, Carlos Fuentes, Agustín Barajas, Benjamín Leiva, Rosario Romero, Sandra Hita, Juan Carlos Sanchez Quesada, Juan Carlos Nieto, Sandra Hita, Laura Llauder, Juan Manzano, Diana Noriega, Alex Zapata, Nora, Amador Piulestan.

Sátiros Ménades y Bacantes, y músicos: Mario Parrana, Tomatito hijo, Luky Losada, Antonio Losada, Carmina Cortés, Genera Cortés, Ángela Bautista, Kiki Cortiñas, Morenito de Illora, Morenito hijo.

Calificación: ***