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Actualizado: 25 ago 2018 / 22:03 h.
  • Loren lucha con un jugador del Alavés por un balón. / Efe
    Loren lucha con un jugador del Alavés por un balón. / Efe

Cojan el discurso de Quique Setién tras ser goleado su Betis en el Villamarín por el Levante y aplíquenlo a este Alavés-Betis que ha vuelto a generar frustración en verdiblanco. Esta vez sí fue superior el equipo hispalense al rival y no por tirar a puerta más veces (16-13 en el global y 4-5 entre los palos), sino por puro fútbol. Sin brillantez, sin constancia, pero fue el Betis mejor. No es la sala de prensa el escenario donde mejor se mueve el técnico cántabro, al que hay que volver a decirle que no se juega mejor al fútbol por chutar más veces, ni por tener más tiempo el balón. Insinuarlo es ridículo. Se es mejor que el rival por planteamiento, valentía y acierto en los cambios y por meter más goles que el contrario. En todo fue mejor Setién que Abelardo salvo en lo último, que no depende de los entrenadores sino de los propios jugadores.

El caso es que el Betis no las mete. Y tampoco es cuestión de fortuna eso, simplemente acierto. Hay que insistir en explicar que en el fútbol la suerte influye de manera mínima en los resultados. Loren no la metió. Tampoco Sanabria. Pero jugaba un tal Pacheco, que tiene derecho a parar. Como Pau ante Twumasi. Justicia: nadie marcó. Un juego de aciertos y errores. Como siempre lo fue. El Betis no está tan mal como parece, pues la gran diferencia respecto al tramo final de la temporada pasada es la pegada, pero debe andarse con ojo. Fuera todo tipo de conformismo.

Quedan seis días para el cierre del mercado y bien le vendría a Setién que Serra Ferrer le echara una mano. O mejor dicho, tres. Una por cada banda y otra arriba. Tiene el Betis una excelente defensa central, un centro del campo en el que Carvalho hace plantilla junto a Javi García (aunque sus dos partidos hasta ahora hayan sido grises) y un ataque más que bueno (cada vez muestra más cosas Loren aunque no marque). Pero necesita punch en ambos carriles y no estaría nada mal un refuerzo arriba pese a lo dicho. Eso le daría un salto de consideración al equipo, el cual se traduciría en una aparente consolidación entre los equipos importantes que luchan por Europa y, de paso, no tener que tirar la Copa del Rey (como viene siendo habitual y demencial por Heliópolis) o flaquear en Europa antes de tiempo.

Le toca a Serra en esta semana. La labor del mallorquín en la dirección deportiva está siendo buena, sin exageraciones fruto de la idolatría o de la fácil comparación con la calamidades anteriores. Buena. Este Betis es mejor que el del año pasado, pero puede dar ese paso al frente con tres fichajes más que necesarios. Juega tres competiciones y no sería bueno tener que recurrir a los pletóricos dos meses y medio finales del curso pasado, cuando Setién cambió de arriba a abajo al equipo a base de una modificación táctica oportunísima y un arreglo de la plantilla a base del filial. Si Serra se encumbra en esta semana, después ya sólo habrá que mirar a Setién y exigirle que el éxito de este Betis no dependa de dos meses y medio increíbles sino de una constancia.