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Actualizado: 02 oct 2015 / 13:21 h.
  • ¿Cómo jugarle al Barça?
    Reyes se va de Mascherano durante la final de la Supercopa de Europa. / Efe

La forma en que el Sevilla hincó la rodilla en el Juventus Stadium el pasado miércoles se une irremediablemente al inminente partido que le espera a los de Unai Emery mañana en el Sánchez-Pizjuán. ¿Cómo afrontar un partido ante un equipo superior? Es un debate eterno que acompaña a Emery y que en el Sevilla se ha intensificado. Las críticas por el pobre planteamiento –o pobre ejecución del mismo por parte de los jugadores– ante la Juve, ante la que el Sevilla sólo disparó una vez a portería y apenas pisó el área de Buffon, aún colean por Nervión. Son las mismas que han acompañado a Unai después de los partidos ante los grandes, en especial un Barcelona al que se habrá enfrentado tres veces en los últimos cinco meses y medio.

En abril, el cuadro de Luis Enrique llegó al Sánchez-Pizjuán en plena forma. Con una primera media hora excelsa, el Barça acongojó al Sevilla, que no salía de su área presa del pánico. Los azulgrana se pusieron 0-2 y la grada pidió a los suyos valentía, pues poco menos que se estaba suicidando. Tras el descanso, los de Emery dieron no uno sino varios pasos adelante y fueron mejores que el Barcelona, al que le empataron el partido y al que casi ganan al final. El resultado dio la razón a los que se quejaban del acobardamiento inicial.

Cuatro meses después, Sevilla y Barça se vieron las caras en Tiflis en la Supercopa de Europa. Pese a que los nervionenses se adelantaron esta vez en el marcador, firmaron 60 minutos bastante pobres y que por momentos rozaron el ridículo, hasta poner a los de Luis Enrique 4-1 a favor a medio gas. El Sevilla se dio cuenta de que no podía seguir así y, con varios cambios tácticos obra de Emery, se fue hacia arriba, a buscar al Barcelona. La remontada sevillista (4-4) quedará para la historia pese a que no se consumara tras la prórroga (5-4). ¿Otra prueba más de un planteamiento inicial erróneo?

Justo ahora, después de caer con merecimiento en Turín, se reactiva el debate sobre cómo encarar al Barça. El plan ante la Juve fracasó estrepitosamente. Dados los precedentes y los condicionantes, el Sevilla no defendió excesivamente mal –tampoco los de Allegri atacaron y le exigieron demasiado–, pero no atacó. Ni bien ni mal, simplemente fue incapaz de atacar la portería rival, a la que sólo se acercó tres veces en todo el partido: un mal tiro de Konoplyanka en la primera parte y dos centros que no esperaban receptor también obra del ucraniano en la segunda mitad.

Frente a un Barcelona sin Messi, Iniesta, Claudio Bravo –Ter Stegen no pasa por su mejor momento–, Rafinha y Vermaelen –bastantes veces titulares hasta su lesión–, ¿qué debe hacer el Sevilla? No es el mejor momento para medirse al Barça, pues el Sevilla no sabe aún a lo que juega y está semidestruido por las lesiones, más incluso que los de Luis Enrique. Precisamente por eso, se antoja contraproducente también salir a verlas venir, como hizo en sus últimos duelos con los culés y hace tan sólo dos días en casa de la Juventus.

LLORENTE Y VITOLO MEJORAN

Pese a ausencias tan importantes como las de Banega, Rami o Carriço, el Sevilla tiene argumentos suficientes como para no repetir el esperpento del miércoles en la Champions, pese a la dificultad que entraña siempre intentar ganarle a todo un Barcelona, aunque le falten Messi e Iniesta. De hecho, el Barça no pierde con el Sevilla en la Liga desde la temporada 2006-07 (2-1), ni en el Camp Nou ni en el Sánchez-Pizjuán –sí vencieron los sevillistas en la Copa del Rey 2009-10 (1-2) y en la Supercopa de España de 2010 (3-1). Y más argumentos aún tendrá Emery para diseñar un plan ambicioso si finalmente están aptos Llorente y Vitolo, quienes hoy, ya recuperados, se ejercitarán con normalidad.