Hay futbolistas a los que les basta con saltar un instante al campo para demostrar que tienen algo especial. Era justo lo que hacía un chaval de Los Palacios llamado Jesús Navas antes de incorporarse al Sevilla a la edad de 15 años. Sus brillantes cualidades, físicas y técnicas, necesitaban la perseverancia y la suerte con las lesiones necesarias para llegar a ser futbolista de élite. Y aquel chico que esquivaba a los charcos en su pueblo con una pelota en los pies lo ha conseguido, hasta el punto de que todo hace indicar que este mes de septiembre escribirá su nombre junto a algunas de las grandes leyendas de la historia del Sevilla.

En cuestión de días Jesús Navas puede alcanzar la mágica cifra de los 400 partidos oficiales con la camiseta nervionense. Actualmente, el canterano lleva 397 encuentros a la espalda y, dado el intenso calendario que tiene el equipo de Eduardo Berizzo por delante en el presente mes, superará esa barrera. Una barrera que sólo han logrado sobrepasar un selectísimo grupo de elegidos: Pablo Blanco (415), Juan Arza (414), Manolo Jiménez (413) y Marcelo Campanal (403). Les sigue José María Busto con 399. Y tras el mítico portero, Jesús Navas con sus actuales 397 partidos.

Hasta el momento, el extremo de Los Palacios ha participado en los cuatro choques disputados en la presente campaña por el Sevilla, que antes de que finalice el mes se verá las caras con el Eibar, Liverpool, Girona, UD Las Palmas, Atlético de Madrid y Maribor. Así pues, Jesús Navas podría alcanzar los 400 partidos en el campo del Girona si todo marcha como debe marchar, lo que, a su vez, permitiría divisar ya cerca el mítico récord de Pablo Blanco.

Pero si el actual registro de partidos del palaciego con el club de Nervión es espectacular, lo será aún más teniendo en cuenta que en su regreso a la entidad firmó un contrato nada menos que de cuatro temporadas. Cuerda para rato, en definitiva, y previsión de números absolutamente estratosféricos.

Jesús Navas debutó en Liga con el Sevilla el 23 de noviembre de 2003, tan sólo dos días después de cumplir los 18 años. Aquel día, con Joaquín Caparrós en el banquillo, el Estadio Olímpico de Montjüic por escenario y el Espanyol como rival, la entonces promesa de la cantera disputó 12 minutos tras saltar al césped en sustitución de Paco Gallardo.

Fue el inicio de diez temporadas encandilando a los aficionados del Sevilla, que siempre han tenido en él a uno de sus grandes ídolos. Desborde, velocidad, regate, capacidad de lucha, físico privilegiado, implicación, sencillez... Ingredientes que le permitieron ganarse el resteto de todos y conquistar seis títulos con el Sevilla: dos de campeón de la Copa de la UEFA, dos de la Copa del Rey, uno de la Supercopa de Europa y uno de la Supercopa de España. Además, dio el salto a la Selección, con cuya camiseta se proclamó campeón en el Mundial de Sudáfrica 2010 y de la Eurocopa de Polonia y Ucrania en 2012.

Ahora, en su segunda etapa en el equipo de toda su vida, el Duende de Los Palacios quiere volver a celebrar grandes gestas y –¿por qué no?– hacer un guiño a la Selección gracias a su buen hacer en este Sevilla de Berizzo. Jesús Navas sigue teniendo la ilusión del primer día y no hay motor más potente que eso.