Llegó el decimoquinto. Era previsible y esta vez pocos se rasgarán las vestiduras, por el rival y por las innumerables bajas que los últimos y frenéticos tres meses han provocado en el Sevilla. Pero el decimoquinto encuentro liguero sin ganar fuera de casa deja un mal sabor de boca entre el sevillismo, irritado por momentos al ver a un Madrid sin el poderío de un súper equipo llegar al área silbando ante un equipo con casi diez defensas.

El Sevilla de Unai Emery sale del Santiago Bernabéu goleado y pidiendo a gritos el parón liguero. A seis puntos de un Villarreal que rompió los pronósticos empatándole un 0-2 al Barcelona. No hay mucha diferencia entre estar a cinco o a seis de los de Marcelino, pero a estas alturas cualquier detalle puede ser un mundo, decisivo. Mientras el Villarreal se divide entre quienes quieren ir a por todas en la Europa League y los que prefieren darlo todo en la Liga, aunque sin descuidar Europa, en el Sevilla las cosas están claras: a por todo. Esa indecisión del rival del Sevilla por la Champions le ha hecho firmar la mejor década de su historia sin levantar un solo título. Y ahora, a poco que se descuide, puede quedarse sin el cuarto puesto. En lo que al Sevilla se refiere, la empresa sigue estando harto complicada.

De hecho, regresa a Sevilla sexto, con el séptimo a un solo punto. Celta y Athletic siguen recordándole al Sevilla que no piense tanto en el Villarreal, sobre todo si va a seguir sin levantar la cabeza fuera de casa y distraído con la Europa League. En un punto están los tres. Y como colofón a la Liga, un Athletic-Sevilla que puede ser determinante. Más aún lo serán los dos compromisos entre vascos y andaluces de después de la Semana Santa. El que suscribe insiste: ahí está la leña, ahí tiene que morir el Sevilla.

Este parón que llega ahora es oxígeno bendito para el Sevilla, que lleva jugando miércoles o jueves y domingos desde el 30 de diciembre. Se dice pronto. Olvidar el partido ante el Madrid es el primer paso. El segundo, clave, recuperar a los muchos y determinantes lesionados. El Sevilla lleva todos estos meses mostrando una mejoría tremenda respecto al inicio de la temporada, pero le falta dar ese paso en competitividad y personalidad fuera de casa que le impide ser fiable del todo, tanto en la Liga –remontada hacia la Champions insuficiente– como en Europa –el nivel de los dos rivales en la Europa League, a los que tampoco ganó fuera, ha impedido calibrar el poderío exacto de este Sevilla–.

Y en Europa, por ahora, su único objetivo es superar al Athletic. No piensen en empresas más lejanas y complicadas: Athletic, sólo Athletic. Eliminatoria a cara de perro que exige un salto de calidad a Emery y a los suyos. Jugar la ida en casa suele ser bueno para el Sevilla, pero ¿imaginan un resultado apretado en Nervión y a este Sevilla yendo a San Mamés a tumbar al Athletic? Yo tampoco... Por eso el parón es necesario. Tras tres meses frenéticos toca deternerse, coger aire y sentar de nuevo las bases para un esprint final que puede ser precioso.