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Actualizado: 15 sep 2018 / 14:54 h.
  • Dolores García (d), y José Miguel Cedillo (c), viuda e hijo del policía nacional asesinado por ETA el 14 de septiembre de 1982, en su vuelta al País Vasco 36 años después para rendir un homenaje público a su padre en Errentería (Gipuzkoa), donde se cometió el atentado, y para lanzar un mensaje en favor de la convivencia tras el fin de la organización terrorista . EFE/Juan Herrero
    Dolores García (d), y José Miguel Cedillo (c), viuda e hijo del policía nacional asesinado por ETA el 14 de septiembre de 1982, en su vuelta al País Vasco 36 años después para rendir un homenaje público a su padre en Errentería (Gipuzkoa), donde se cometió el atentado, y para lanzar un mensaje en favor de la convivencia tras el fin de la organización terrorista . EFE/Juan Herrero

El sevillano José Miguel Cedillo, hijo de Antonio Cedillo Toscano, policía nacional asesinado por ETA junto a otros tres agentes el 14 de septiembre de 1982 en la localidad guipuzcoana de Errenteria, ha manifestado su deseo de que el nombre de su padre “salga del listado anónimo de más de 800 víctimas del horror y de la violencia, para pasar al listado, también anónimo, de quienes han ayudado a construir la paz”. “Que ése sea su legado”, ha pedido.

Cedillo ha participado este sábado, junto a su madre, María Dolores García, y otros familiares, en un emotivo homenaje a su padre asesinado, junto al restaurante Mugaritz, en Errenteria, acto que ha contado con una amplia representación de todos los partidos políticos.

Entre otros, han estado el portavoz del Gobierno Vasco y consejero de Gobernanza Pública y Autogobierno, Josu Erkoreka; la directora del Instituto Gogora, Aintzane Ezenarro, el alcalde de Errenteria, Julen Mendoza (EH Bildu), los parlamentarios de EH Bildu Maddalen Iriarte y Pello Urizar, el secretario general del PSE-EE de Guipúzcoa, Eneko Andueza, la parlamentaria de Elkarrekin Podemos Pili Zabala, o el portavoz del PP en las Juntas de Guipúzcoa, Juan Carlos Cano.

En su intervención, Cedillo ha destacado la importancia de “enfrentar el pasado para mirar al futuro”, y ha manifestado que “no se trata de pasar página, porque no se puede, sino de escribir una nueva, renglón a renglón, reconstruyendo la convivencia, regando la paz”. “Si desde octubre de 2011 las cosas han cambiado, debemos hacer que cambien de verdad, creyéndonoslo, practicándolo, esto que ahora vivimos es lo que tanta gente durante tantos años y con tanto sufrimiento persiguió”, ha expresado.

“Ahora que lo tenemos delante, seamos capaces de preservarlo, de alimentarlo y de hacer que crezca sano y fuerte, con memoria”, ha alentado, al tiempo que ha llamado a hacer un “cortafuegos generacional que blinde a los que vienen detrás de todo lo malo que nosotros ya hemos vivido”. “No quiero bajo ningún concepto que la herencia que a Pablo y a Martina --sus hijos-- le dejen su abuelo y su padre sea la del rencor”, ha subrayado.

Por su parte, el alcalde de Errenteria, Julen Mendoza (EH Bildu), con quien tras su discurso José Miguel Cedillo se ha fundido en un abrazo, ha expresado que el municipio guipuzcoano tenía “una deuda pendiente” con la familia del policía asesinado, porque los hechos ocurrieron allí.

“Pero me atrevería a decir que incluso ésa es también la deuda personal que yo siento en mi interior. El 14 de septiembre de 1982 se os destrozó la vida, y quiero, queremos, ayudaros a recomponerla, conscientes, no obstante, de que el daño es irreparable, que Antonio no va a volver”, ha expresado el regidor de la coalición soberanista.