El niño cuyo personaje sobrevivía a todos los horrores en la película La vida es bella, ganadora del Oscar a mejor filme extranjero en 1998 tiene 25 años y sigue trabajando como actor. Cuando se hizo famoso mundialmente, tenía solo 5.
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En la película, Giorgio interpretaba al pequeño Giosue, que era trasladado junto con su padre, Guido Orefice (Roberto Benigni), a un campo de concentración nazi. Ahí, el papá usa su imaginación para proteger al nene y hacerle creer que todo lo que vivían era parte de un juego. Giosue logra sobrevivir al horror.