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Actualizado: 09 abr 2017 / 15:04 h.
  • La crisis económica llevó a muchas librerías tradicionales a cerrar o a reconvertirse en librerías "low-cost", como las de la franquicia Re-Read, que tras abrir su primer local en 2013 ha inaugurado esta semana en Barcelona la número 33 con el reclamo de "1 libro, 3 euros - 2 libros, 5 euros - 5 libros, 10 euros". En la imagen, una dependienta ordena libros en la libreríaRe-Read de la calle Diputación. EFE/Toni Albir
    La crisis económica llevó a muchas librerías tradicionales a cerrar o a reconvertirse en librerías "low-cost", como las de la franquicia Re-Read, que tras abrir su primer local en 2013 ha inaugurado esta semana en Barcelona la número 33 con el reclamo de "1 libro, 3 euros - 2 libros, 5 euros - 5 libros, 10 euros". En la imagen, una dependienta ordena libros en la libreríaRe-Read de la calle Diputación. EFE/Toni Albir

La crisis ha llevado a muchas librerías a cerrar o a reconvertirse en «low-cost», como las de la franquicia Re-Read, que tras abrir su primer local en 2013 ha inaugurado esta semana en Barcelona la número 35, siempre con el reclamo de «1 libro, 3 euros; 2 libros, 5 euros; 5 libros, 10 euros».

Gran parte del éxito de las librerías Re-Read procede de revolucionar el concepto de «librería de segunda mano», pues son establecimientos de diseño moderno que se diferencian poco de las librerías de títulos nuevos, donde impera el orden, los ejemplares se pueden encontrar fácilmente y todos los libros valen lo mismo.

Después de abrirse la primera librería en un pequeño local de la calle Rosselló de Barcelona, la buena aceptación del modelo ha llevado a su expansión por todo el territorio español, y aunque la mitad de las Re-Read están en Cataluña, ya se pueden encontrar en Madrid, Bilbao, San Sebastián, Gijón, Málaga, Zaragoza, Sevilla, Alicante, Valencia, Pamplona o Las Palmas, entre otras ciudades.

Los impulsores de las Re-Read son la pareja formada por Mercedes Zendrera y Nicolás Weber, que desde 1982 regentaban la librería Baibars, especializada en el mundo árabe, y que funcionó bien durante varios años hasta que, hacia 2009, «nos planteamos cerrar porque la facturación bajó mucho y la situación era insostenible», ha explicado a Efe Zendrera.

Mercedes Zendrera, vinculada a una familia de larga tradición en el mundo editorial y de los libros -su abuelo José Zendrera fundó la Editorial Juventud- optó por seguir en el sector, pero con un nuevo tipo de librería, que se resume en la frase «libros casi nuevos a un precio imposible».

Para desarrollar su idea Zendrera y Weber contaron con el estudio de diseño Talking, que «fueron los que crearon la imagen, y realmente no te das cuenta de que es una librería de segunda mano hasta que buscas en las estanterías».

En ellas, el lector no hallará libros muy antiguos o «best sellers de los años 60 pasados de moda que ya no interesan a nadie, sino títulos más recientes, normalmente a partir de los años 90, que pueden tener una segunda vida y dar muchas alegrías a otras personas», explica Mercedes Zendrera, quien precisa que también ofrecen clásicos en buen estado.

Una de las claves de las Re-Read, frente a las tradicionales librerías «de viejo», es que los libros han pasado de estar revueltos en un cajón o sin un orden concreto a estar perfectamente clasificados, para lo que usan el sistema estándar IBIC.

Esto es importante para estas librerías porque «tenemos una rotación muy alta que no nos permite catalogar, y si queremos encontrar un libro, tiene que estar en su sitio».

Además, la web de la cadena ha incorporado un buscador con reconocimiento de imágenes que localiza los nombres de los autores y títulos de los ejemplares a través de las fotografías de las estanterías que cada mañana hacen los empleados, con lo que el lector puede saber si se vende algún ejemplar que le interesa y en qué librería puede hallarlo.

Re-Read adquiere libros a particulares que quieren desprenderse de ellos para ganar espacio a un precio de 20 céntimos, unos ejemplares que luego se venden en la tienda a entre 2 y 3 euros.

En un principio, los libros de tapa dura se vendían a un mayor precio, pero luego decidieron que todos costaran lo mismo y sólo si el cliente se lleva 3 o 5 libros el precio disminuye.

Mercedes Zendrera asegura que con este modelo «hemos creado lectores», pues determinadas personas no podían pagar el precio de un libro nuevo y ahora compran en Re-Read, y también tienen «lectores que se habían pasado al e-book y que han vuelto al papel por nosotros».

Añade que las Re-Read no son competencia para las librerías que venden libros antiguos de valor, un producto que ellos no ofrecen, ni para las de libros nuevos, con las que dice complementarse.

«Nosotros tenemos cerca una librería de libros nuevos con la que existe una relación excelente y nos estamos enviando gente todo el tiempo, y además respetamos el código deontológico, aunque no obligatorio, de no poner en el escaparate los libros de menos de un año de vida», concluye Zendrera.