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Actualizado: 09 sep 2018 / 08:29 h.
  • Jimmie Akesson, líder del partido Demócrata de Suecia, de extrema derecha, en un mitin de campaña. / Efe
    Jimmie Akesson, líder del partido Demócrata de Suecia, de extrema derecha, en un mitin de campaña. / Efe

Los suecos votan este domingo en las elecciones generales más abiertas de los últimos años en el país escandinavo. El vandalismo y la inmigración son los asuntos clave en unos comicios en los que los últimos sondeos pronostican un claro avance de los ultraderechistas Demócratas Suecos y un pésimo resultado para los socialdemócratas en el Gobierno.

Al igual que en otras partes de Europa en los últimos tiempos, la perspectiva de un giro brusco hacia el populismo se cierne sobre estas elecciones. Se presenta en la forma de los Demócratas suecos: las encuestas prevén que los nacionalistas de derecha podrían obtener hasta el 28,5 por ciento de los votos. Si el partido se hace con el poder, Suecia podría sufrir un cambio en su relación con Bruselas que provocaría un debilitamiento de la unión. También existe la posibilidad de que las cuestiones del cambio climático entren en la contienda política por primera vez en Suecia, según han advertido estos días los expertos, que afirman que la reciente ola de incendios forestales en el país ha hecho que el calentamiento global ocupe un lugar preponderante en la agenda política.

Seis de las ocho firmas que han publicado encuestas estos días sobre los comicios colocan a la ultraderecha (SD, por sus siglas en sueco) entre el 16 y el 28 por ciento, pugnando por la segunda plaza con el Partido Moderado (conservador), la formación que lidera la opositora Alianza de centroderecha. Pero las otras dos –los institutos YouGov y Sentio– la sitúan en cabeza, con porcentajes en torno al 24, solo unas décimas por encima del Partido Socialdemócrata del primer ministro, Stefan Löfven, la formación política que ha ganado todas las elecciones generales en Suecia en el último siglo.

Esos dos institutos de opinión coinciden en usar un método distinto: paneles de personas reclutadas a partir de una serie de variables que contestan por internet, frente al más tradicional del resto, que recurre sobre todo a las llamadas telefónicas.

Pero a pesar de las críticas de los expertos sobre la fiabilidad del método, fueron estos dos institutos los que predijeron mejor el resultado del SD en las anteriores elecciones de 2014.

Según una comparativa realizada por Politologerna, uno de los blogs políticos más respetados en Suecia, Sentio se quedó solo dos décimas por debajo, seguido por YouGov (a 1,1), mientras que en la gran mayoría de los institutos suecos la diferencia se situó entre 1,8 y 3,5 puntos. Esa oscilación tan grande en las encuestas, que no sucede con ningún otro partido, ha hecho que varias de las empresas que elaboran sondeos hayan empezado a usar un método mixto como Demoskop, contratada por el diario Expressen, y creado dudas sobre los motivos de las fluctuaciones. «El factor vergüenza está ahí, pero también puede jugar un papel el recelo de esos votantes al gobierno, las instituciones y los institutos de opinión», explicó Toivo Sjörén, investigador de la firma sueca Kantar Sifo, en un encuentro con medios internacionales. Pero sea o no tan grande al final la subida de la ultraderecha en los comicios, las elecciones marcarán el fin a una etapa que ha marcado la política sueca en la última década y media, desde que el conservador Fredrik Reinfeldt unificó por primera vez en 2004 a todo el centro derecha en un bloque. «De alguna manera se puede decir que será el fin de la política de bloques, ya que los dos grandes partidos van a sufrir una caída importante y eso alteraría el panorama político», afirma Björkman.