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Actualizado: 24 may 2017 / 18:59 h.
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Este concepto, básico cuando se va a llevar a cabo una inversión bursátil, suele generar, por norma general, auténticos problemas para muchos inversores novatos, que suelen errar al confundir el precio al que cotiza una acción en bolsa con su auténtico valor por fundamentales. De esta manera, muchos inversores novatos pueden creer que una acción barata es, o puede ser, aquella que cotiza por debajo de un euro y, por ello, pensar que su compra sería una buena oportunidad de inversión. Evidentemente esto no es cierto en la mayoría de ocasiones, ya que en una buena cantidad de supuestos, el inversor puede encontrarse que el bajo precio de cotización de dichas acciones se encuentra más que justificado porque la trayectoria económica de estas empresas no está siendo positiva, sus balances presentan serios desequilibrios entre ganancias y pérdidas, tienen graves problemas financieros y una difícil viabilidad, necesitando financiación urgente para evitar entrar en concurso.

Debido a su baja cotización, la más pequeña variación de unos céntimos en su precio en este tipo de acciones genera grandes ganancias o pérdidas, por lo que son aptas para auténticos especuladores e inversores intradía, con buenos conocimientos técnicos, que efectúan entradas y salidas del valor de forma rápida y calculada a su especial estrategia inversora. Este hecho nunca debe obnubilar la mente del inversor novato, pues, generalmente, su inversión en este tipo de acciones tan solo le va a acarrear pérdidas.

El inversor que se acerca por primera vez a la bolsa debe de evitar los cantos de sirenas y dirigir su inversión a acciones con buenos fundamentales, aunque su precio sea mayor, ya que, dicho encarecimiento estará justificado siempre por la buena marcha y favorables perspectivas de futuro de las mismas.

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