Hoy el día viene bendecido con aromas provenientes de la Aldea almonteña. Como si de un lunes de Pentecostés se tratase, la Virgen del Rocío se ofreció de nuevo a su pueblo para surcar por el mar de corazones rocieros que desde todos los lugares se acercaban a la aldea para encontrarse con su Divina Gracia. Una salida extraordinaria con motivo del centenario de la coronación canónica de la Virgen y que deja tintes de antaño por la excelente idea de rescatar la fisionomía de las andas de la Señora de hace un siglo, la corona que donasen para tal efeméride, la saya de los Montpensier o unas bambalinas inspiradas en las antiguas que lució y se conservan en el tesoro obra del jerezano Fernando Calderón. Los nacidos en esta era hemos tenido la suerte de en menos de una década asistir a dos salidas extraordinarias de la Virgen, una por el bicentenario de la institución del Rocío Chico donde la Virgen salió sin palio y con las ráfagas, y esta por la coronación. Esto es un punto de partida en un año lleno de actos y sorpresas que desde la Hermandad Matriz, con su presidente Juan Ignacio Reales al frente, están trabajando para que la celebración de este Año Jubilar tenga el esplendor que la Virgen se merece. No obstante, hoy, como día de celebración del nacimiento de la Virgen en muchos lugares, se rendirán honores a la figura de María celebrándose procesiones y cultos. Y si nacimos al día con la Reina y Pastora de las marismas qué mejor forma de acabarlo con la Pastora y Reina de Cantillana. Hazme un favor, sé feliz.