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Actualizado: 27 sep 2016 / 22:57 h.
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La historia bursátil demuestra, y así lo señalan las estadísticas, que la inversión bursátil suele ser de las más rentables cuando el periodo inversor elegido es superior a cinco o siete años y siempre que las decisiones de inversión vengan precedidas de una planificación inversora previa a la adquisición de dichos activos.

El binomio riesgo/rentabilidad es consustancial a los mercados bursátiles, pero no todos los productos financieros tienen el mismo riesgo para el inversor.

Es importante tener claro algunos conceptos antes de invertir nuestro dinero. Entre estos factores se encuentran, en primer lugar, el denominado factor riesgo, por el cual, aunque el resultado de la inversión pueda ser finalmente positivo o negativo, la rentabilidad de la misma nunca estará asegurada. A este hecho se le conoce como «riesgo inversor».

El segundo factor es la rentabilidad, consistente en alcanzar el máximo beneficio con la renta variable frente a otros activos más seguros como la renta fija. El factor correspondiente a los niveles riesgo/rentabilidad podría ceñirse a la histórica frase oída en los mercados de que «a mayor riesgo inversor debería corresponder una mayor rentabilidad».

Otro factor a tener en cuenta es la toma de decisión inversora, que es un acción individual que lleva a cabo cada inversor en función de su perfil inversor, capacitación técnica y experiencia.

Por último, se encuentra el seguimiento de los negocios bursátiles por parte del inversor, que es primordial para poder ajustar convenientemente su cartera de activos financieros y con ello minimizar el riesgo e intentar maximizar la rentabilidad. Invertir siempre supone asumir un riesgo calculado a cambio de intentar obtener una rentabilidad que nunca estará asegurada. Por ello, hay que tener presente que el hecho de asumir mayores riesgos financieros no garantiza la obtención de mayores rendimientos. ~

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