Image
Actualizado: 07 dic 2017 / 14:07 h.
Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado
  • El fin justifica los medios

El discurso del presidente del Sevilla en la previa del duelo ante el Maribor hacía intuir que el equipo se tomaría el último partido de la fase de grupos de la Champions en serio. Nada más lejos de la realidad. Los que sí parecían querer ganar fueron los eslovenos. De principio a fin. Pero la Liga de Campeones tiene estas cosas y permite que haya equipos cuyo nivel y calidad no se corresponden al resto. Sólo hay que ver el gol de Ganso y lo que hace Handanovic para entenderlo... Un regalo en toda regla que los de Nervión no merecieron ayer, pues lo justo hubiera sido una victoria del Maribor. Aun así, y siendo honestos, en el computo global el Sevilla merece estar en la siguiente ronda. El lapsus de Moscú o la imagen ofrecida anoche son sólo una anécdota en una fase de grupos en la que ha pasado absolutamente de todo. Pero bien harían los jugadores en no olvidar este partido y el cuerpo técnico en usarlo en las sesiones de vídeo de aquí a que termine su participación en el torneo.

Se echó en falta actitud por parte de algunos jugadores como Correa o contundencia por parte de otros como Mercado, aunque en este caso concreto la culpa no siempre es del futbolista. Berizzo y Marcucci se empeñan en colocarlo como lateral y ahí el argentino sale perdiendo. No cuenta con la velocidad suficiente y mucho menos con la calidad necesaria para participar en las jugadas de ataque. Quien sí parece contar con calidad es Paulo Henrique Ganso, que ahora también se ha convertido en talismán. Suma poco más de 600 minutos en lo que va de año. Sin embargo, con el brasileño sobre el césped, el Sevilla no pierde. En total, Ganso ha participado en nueve partidos y arroja un balance de siete victorias y dos empates. Además, sumó cuatro goles y ofreció tres asistencias. Todo decisivo. El último de ellos sirvió para que el Sevilla certificase en Eslovenia el primer objetivo de la temporada, que no era otro que estar en los octavos de la máxima competición continental.

Precisamente, pasar de los octavos será el siguiente. Una barrera histórica que ya es hora de tumbar y que supondría dar un salto importante en lo deportivo y, por supuesto y no menos importante, lo económico.

Pero no todo son buenas noticias después de lo visto ante el Maribor. El próximo rival será el Real Madrid y las concesiones serán menores. Aun así, sirve como aviso. El Sevilla no se puede dormir en los laureles, que diría aquel, y por esta vez, el fin lo justifica todo. Hasta la mala imagen.