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Actualizado: 22 feb 2018 / 22:48 h.
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Cuando le llevé en 2015 al municipio de El Cuervo, dentro de los Encuentros ‘Internacionaliza tu Empresa desde la Provincia de Sevilla’ que coordino para la Universidad Menéndez Pelayo, con el fin de que explicara con llaneza a los numerosos asistentes cómo había logrado resucitar en Carmona, su pueblo, la actividad productiva de una vetusta destilería de anís, y crear una empresa floreciente al arriesgar con una ginebra de fresa, José Antonio Rodríguez y su equipo ya exportaban las botellas de Puerto de Indias a países como Gran Bretaña y Holanda. Con el viento a favor de haber logrado inventar un producto que se estaba poniendo de moda. Muchas eran las expectativas, y más fuerte se preveía la reacción de la competencia, grandes multinacionales del sector bebidas alcohólicas, que no se iban a quedar de brazos cruzados para que sus marcas de ginebra perdieran notable cuota de mercado.

Lo mejor de aquella tarde-noche, en la que tuvimos que alargar media hora más la dinámica de emprendimiento con casos reales y con la franqueza de la verdadera mundología empresarial, porque nadie en El Cuervo se quería ir a su casa, ávidos de empaparse de la listeza a pie de calle, fue cómo Paco Ortiz (Xtraice, con sede en Salteras, empresa líder mundial en pistas de patinaje) y José Antonio Rodríguez (Puerto de Indias, Carmona) contaron sus precedentes fracasos empresariales. Cómo se habían quedado colgados de la brocha, con pérdidas cuantiosas. Y cómo habían aprendido de los errores para atreverse a cambiar de rumbo, iniciando la creación de empresas en otros sectores completamente distintos, y explorando otro tipo de negocio y de mercados.

El oro del Puerto de Indias ya no llega primero a Sevilla, sino a Carmona. Hace diez años, José Antonio Rodríguez era uno de tantos empresarios asfixiados a los que les afectó gravemente el hundimiento del sector inmobiliario y de la construcción, cuando reventó la burbuja especulativa. Ahora, él y su hermano Francisco son noticia internacional porque le han vendido la mayoría de las acciones al fondo de capital riesgo norteamericano HIG, a la vez que siguen dirigiendo la empresa. Según el periodista Carlos Pizá, el acuerdo se ha cerrado por 110 millones de euros, y una de las prioridades en el plan de expansión, y en las inversiones para ampliar la producción y el número de empleos, es introducir la ginebra de fresa en Estados Unidos.

Más de un perdonavidas de turno, de los que predican el “más vale resignarse y no complicarse la vida”, de los que siembran en nuestra sociedad el nefasto miedo al fracaso, les enviará su curriculum pidiendo colocación.

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