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Actualizado: 03 dic 2016 / 19:35 h.
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El mercado de trabajo tiene muchos asuntos importantes que resolver, entre ellos el bajo salario en general y de las personas no cualificadas y de las que se incorporan por primera vez al mercado laboral, en particular. Pero este asunto hay que tratarlo de manera amplia, no simplista, dentro del cúmulo de problemas de la sociedad.

Las características de las preferencias de los trabajadores en el mercado laboral no son ni exclusivas, ni generales. Son variables y están en función no sólo de las características del mercado, sino también de sus pretensiones personales. Es cierto, y en esto hay un sentir general, que casi todo el mundo trabaja por dinero, por una contraprestación económica. Se denomina trabajo por eso. Pero el dinero no es ni un factor de motivación en el trabajo ni es siempre el motivo fundamental. Y evidentemente trabajamos porque necesitamos vivir, pero también por otros motivos como sentirnos útiles, porque necesitamos mantener relaciones sociales, por estima, por obtener reconocimiento.

El factor salario es importante, diría que clave para que no exista desmotivación. Lo tenemos que percibir acorde a las responsabilidades asumidas. Es decir, al desempeño que realizamos ya que se si se concibe mal produce desmotivación. Y sí además no tienes para sobrevivir, la desidia es evidente. Pero el tema es bastante más complejo. Si te cambias de empleo para incrementar el salario, ¿cuánto tiempo dura esta situación de satisfacción? Hasta el momento en que entendamos que nuestras competencias están mal retribuidas, comparándonos con otros. Ya que llegamos a la conclusión que nuestras competencias son más importantes y tienen más valor. Esta tendencia se acentuará si la oportunidad de rechazar un empleo se incrementa.

Este factor es fundamental para que las personas se sientan bien, pero no es un factor motivador en sí mismo, es un factor higiénico. Los aspectos que motivan son la seguridad, las oportunidades de crecimiento personal, en los pensamientos de las personas está desarrollar una carrera profesional, tener la posibilidad de proyección de presente y de futuro, crecer no sólo desde el punto de vista económico sino también profesional. La flexibilidad, poder compatibilizar la vida laboral con la privada, que contribuya a disminuir situaciones de estrés. Una comunicación fluida y la existencia de un agradable clima laboral, relaciones de respeto y cordiales entre todas las personas que conforman la empresa. Lo contrario reportará efectos indeseables.

Muchas empresas para tener y retener personas con potencial, apuestan por estos aspectos que están estrechamente relacionados con la eficacia y la eficiencia, y la repercusión en el buen desarrollo de la empresa. En definitiva, no hay que ser simplista con este tema, es de gran complejidad y hay que verlo, de lo contrario se sufriría de ceguera.

No dejes que los demás, la situación económica o la desidia decidan por ti porque... «Sería lindo despertar un día y encontrarse con que la vida de uno depende de uno» (Mafalda).