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Actualizado: 24 jun 2018 / 21:44 h.
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  • Falta de ideas

El Sevilla ha encontrado en la figura de Joaquín Caparrós el mejor parapeto posible. Su discurso populista calma a la afición y resulta jugoso para los medios. Si alguien sabe manejar a unos y otros ese es Caparrós. El mismo que reconoció no sentirse capacitado para su nuevo cargo sólo dos semanas antes de su presentación como nuevo director de fútbol; o que anunció a bombo y platillo un equipo de trabajo que en la práctica no es como lo habían pintado. Carlos Marchena, su segundo en el proyecto, abandonó la nave a las primeras de cambio «porque a la Selección no se le puede decir que no». Precisamente horas antes el nuevo entrenador destacaba la importancia de Marchena en su labor. Parece que no era tan necesaria... Es la primera vez que veo a un club de fútbol ceder a su secretario técnico y, por si esto fuera poco, en plena planificación y después de haber llegado al cargo unos días antes. Todo ello podría explicar la ausencia de fichajes a estas alturas. Pero no, la realidad es bien distinta. Según Caparrós, obedece a la disputa del Mundial. ¿Quiere decir eso que no se hará ningún fichaje hasta que acabe el campeonato del mundo? ¿Va a empezar la temporada para el equipo sin incorporaciones? Es obvio que resulta complicado adelantar cualquier gestión en este sentido, pero los jugadores no sólo piensan en su selección. Florentino ya ha encontrado entrenador y el Atlético de Madrid ha renovado y firmado a dos jugadores de la selección gala. Y en pleno Mundial. Seamos serios. Ni tanto ni tan poco.

Como cualquier otro club, el Sevilla está esperando para hacer caja. Lenglet, Nzonzi y Banega están en la rampa de salida y si no son muy torpes, los rectores pillarán un buen puñado de millones por estos tres futbolistas. Dinero que, a priori, debe servir para traer a otros en su lugar. Hasta ahí todo bien. El problema es cuando escuchamos a Caparrós alabar a Arias y la plantilla que éste confeccionó. Una cosa es no devaluar el producto que pretendes poner en el mercado y otra bien distinta hacer comulgar con ruedas de molino. La competición está a la vuelta de la esquina y seguro que Machín no está tan contento como cuentan. Si es listo, ya debe tener la mosca detrás de la oreja. Es normal que el hombre ande instalado en una nube después de haber llegado al Sevilla, pero cuidado, en cuanto se baje de ella y empiece a planificar la pretemporada se va a dar cuenta de lo que hay. Hasta ahora, poco o nada

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