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Actualizado: 17 dic 2017 / 00:21 h.
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  • GIRA: Gestión de la IRA

Cuando vas en coche y quieres girar, ¿qué haces? lo normal es poner el intermitente, de este modo avisas de tus intenciones a los demás, facilitando la circulación. En un ejercicio de civismo humano y en aras de facilitar la circulación personal, lo mejor es ir por la vida utilizando el intermitente emocional, para ello te digo desde ya: ¡GIRA! porque la Gestión de la IRA ayuda a mejorar la convivencia, aumenta la calidad de la existencia y propicia que te deshagas del estrés con diligencia, ¡se acabó el aguantar impertinencias! (y el proferirlas).

La ira es un sentimiento de indignación que se traduce en un enfado profundo, para no calentar con nuestra furia a medio mundo, lo mejor no es reprimirla (porque eso, tarde o temprano, acaba estallando cuando menos te lo esperas y qué prefieres ¿enfrentarte a un volcán o a una pequeña hoguera?), lo más acertado es aprender a gestionarla y pegarle un «giro» a ese sentimiento, por eso te repito: ¡GIRA!, usa tu intermitente emocional, cambia la dirección de tu emoción y avisa a los demás de tu intención. Quien Gestiona su IRA se libra de las mentiras a las que conduce la carretera del nublado emocional; quien GIRA, ¡su felicidad estira!; quien GIRA, su día, por la borda, no tira; quien GIRA demuestra que, por sí mismo y por los demás, mira y, sobre todo, quien Gestiona su IRA toma conciencia de que el mundo, contra él, ¡no conspira!, que quien pilota el coche de sus emociones es él con sus decisiones.

Los efectos del ‘modo-cabreo’

El afamado poeta inglés, Alexander Pope, afirmaba: «Airarse es vengar las faltas ajenas en nosotros mismos» ¡Tal cual! y es que si no giras y sigues en dirección al cabreo... ¡pá ti solito es el jaleo! el que no Gestiona su IRA es masoquista porque, por circunstancias fuera de su control o errores de otras personas ¡decide castigarse a sí mismo! y lo hace padeciendo una larga lista de efectos negativos a nivel físico, emocional y mental: la ira hace que aumenten las posibilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares, ictus cerebrales, inflamación de los órganos, estrés, ansiedad, depresión... y todo por no cambiar a tiempo de dirección. Circular por la vida en modo-cabreo, te vuelve, literalmente, más feo (te deteriora a muchos niveles) y te convierte en reo de la ira, siendo víctima de tu propio secuestro emocional: circulando en automático, es decir, guiado por tu cabreo, apagando tu mente y jorobando tu vida y la de la gente. ¿Has oído alguna vez la expresión «no te hagas mala sangre»? Es uno de los primeros efectos del modo-cabreo: se producen modificaciones en el torrente sanguíneo, sube la presión arterial y el rostro comienza a ponerse rojo (como el emoticono del Whatsapp).

Como ves, el modo-cabreo, no es algo muy conveniente, pues nubla tu inteligencia, transformándote en un ser débil de cuerpo y mente (débil y tonto, porque cuando decides «¡yo, aquí, la monto!», dejas de lado la posibilidad de «el problema, ¡afronto!», permitiendo así que el lío te coma).

El antídoto contra el tocapelotas

Lo sé, cuando te encuentras con individuos TP (Tocapelotas Profesionales) te dan ganas de decir: «¡Que gire su tía, que éste me está dando el día!», la mala noticia es que si no giras y Gestionas tu IRA, el que se estrellará serás tú y el Tocapelotas Profesional habrá conseguido su objetivo: joderte el día. Pero tranquilo, existen maneras de neutralizar a estas moscas cojoneras. A Séneca también le preocupaban los Tocapelotas Profesionales por eso escribió Sobre la ira, él te diría algo así: «si te quieres despeñar... ¡cabréate sin parar!» porque para el filósofo romano la ira es el precipicio del alma, de modo que quien no GIRA y tira por ahí... la palma. Para no caer por ese precipicio, tienes tres valores a tu servicio: paciencia, serenidad y comprensión.

–Paciencia: cuando sientas que te sobreviene un enfado mayúsculo ¡para y relaja! Si en el momento que notas ese subidón de adrenalina te esperas un poco antes de hablar o actuar, ¡a la larga lo agradecerás! La Gestión de la IRA se parece a las rebajas, ¿cuándo comprarías: la semana antes –cuando está todo más caro– o esperarías al Black Friday –cuando encuentras las cosas al 50 por ciento–? Pues eso, practica las «rebajas mentales» y no hagas ni digas nada durante los subidones emocionales, podría salirte caro. Ya sabes, la próxima vez que te toquen los cojones... ¡como mínimo haz 10 respiraciones!

–Serenidad: La serenidad es consecuencia de la paciencia, la serenidad es como el día soleado de tu mundo emocional, piénsalo ¿cuándo prefieres salir a pasear: durante la tormenta –con el frío, la lluvia, el nublado, el mal cuerpo– o cuando el día está despejado –soleado, cielo azul, calorcito–? seguramente tu actitud, tus palabras y tus acciones prefieran salir a pasear cuando hace bueno porque entonces serán el triple de efectivas. Una persona serena es alguien con la mente clara y despejada, así se circula por la vida mucho mejor (hacerlo durante el chaparrón tiene muchas posibilidades de acabar en sofocón).

–Comprensión: Aquí se trata de llevar a cabo el be water, my friend porque el comprender es la capacidad para penetrar las cosas, para entenderlas. Cuando nos paramos (paciencia) y estamos despejados (serenidad) es más fácil ser comprensivo con los demás y con nosotros mismos. En no pocas ocasiones, las malas decisiones y acciones tienen su origen en personas que se sienten incomprendidas, mostrando un poquito de comprensión ¡sentirás como se difumina la tensión!

Tenlo en cuenta, con paciencia, serenidad y comprensión ¡conseguirás dominar tu explosión! Y recuerda, la próxima vez que sientas un cabreo gordo... ¡intermitente emocional, GIRA y no sigas dirección a Mordor! ~