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Actualizado: 28 oct 2016 / 08:37 h.
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Lo peor de que se te averíe el coche no es lo que te cueste arreglar la avería, que suele ser caro, sino que a los pocos días de haber retirado el coche del taller te suele llamar una empleada de la marca de tu vehículo para preguntarte que si has quedado sumamente contento, muy contento, solo contento, sumamente satisfecho, medianamente satisfecho o solo a medias. Son diez preguntas repetidas unas quince veces. Te pilla reposando el almuerzo en el sofá y viendo la televisión, por lo general a punto de mojar el cojín donde descansas la cabeza. Tierno, porque la película es de una carga erótica inapropiada para esa hora, y, encima, la mujer que te llama tiene una voz de una sensualidad increíble, acariciadora. Te acabas quedando dormido y como en un ensueño, la voz de la mujer sigue con la encuesta y lo demás ya lo pone tu subconsciente. Le pone hasta cara, morena con los ojos verdes, de muslos macizos y pechos duros como neumáticos. Y al despertarte, la pregunta no falla: ¿qué hago yo en una tienda de campaña, sumamente cachondo, medianamente hirviendo?

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