Las elecciones del próximo 21D son importantes para Cataluña y para toda España. Las encuestas conocidas muestran que, parece (solo parece), que ninguno de los dos grandes bloques (Esquerra+UPC+Cup o Ciudadanos+PSC+PPC) alcanzará la mayoría absoluta. Tienen la llave los Comunes. ¿Qué harán?
Saben que buena parte de sus votantes en España no le perdonarían que se alinearan con los independentistas. Y saben que no le perdonarían tampoco una derechización pactando con el otro bloque. Una solución podría ser la abstención, provocando un gobierno de minoría y pactando, luego, con uno u otro bloque, las medidas parlamentarias que fueran de su agrado. Otra sería formar gobierno con los no nacionalistas, intentando evitar la acusación de derechizarse a base de poner de Presidente a un miembro de un partido de izquierdas: Iceta. Pero esta solución sería difícilmente tragable para ciudadanos y PPC, sobre todo ante los últimos desvaríos de este señor: carácter nacional para la comunidad que lo quiera, condonación de la deuda a Cataluña, Hacienda propia para esta comunidad y, finalmente, ¡indulto para los políticos encarcelados ofrecido cuando aun están pendiente de juicio! ¿Solo cosas que se dicen en campaña?
Unas nuevas elecciones sería algo desquiciante para todos. Y aquí tendríamos que volver a pedir ese sentido de Estado que antepone los intereses del país por encima de los de partido. ¿Lo tienen alguno de los líderes en liza? Pronto lo veremos. Deberían aprender de sus colegas europeos, sobre todo de los de Alemania.