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Actualizado: 30 jul 2018 / 23:00 h.
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La Universidad de Harvard es meta y objetivo de muchos padres americanos y no americanos. Que tu hijo estudie allí te garantiza que su futuro será brillante y que hará cosas interesantes para los demás, y seguramente que ganara dinero que le permitirá vivir cómodamente. Si hay en Estados Unidos una universidad por excelencia, esa es sin duda Harvard, una de las más prestigiosas de todo el mundo. Fue fundada en 1636 y presume de ser la universidad más antigua de EEUU.

Tenía nueve estudiantes en sus orígenes y en la actualidad estudian en ella 18.000. Para un europeo como yo, profesor y catedrático español, es un orgullo y un honor haber sido invitado a dar una conferencia en sus aulas, donde han dado clases eminentes científicos muy importantes para la historia de la humanidad.

En sus facultades y escuelas han estudiado un total de 40 premios Nobel y siete presidentes de EEUU, tanto cursos de postgrado como carreras. Destacan sus programas de investigación, en los que participan los profesionales más cualificados en la materia elegida de todos los rincones del mundo. La ciencia y el conocimiento no son sectarios y menos el proceso de crearlos. Y en Harvard todos los campos de investigación disponen de algún programa específico de mucho nivel, que cuenta con los mejores investigadores, provengan de donde provengan.

Harvard ofrece una amplia oferta académica con excelentes infraestructuras que permiten y alientan el estudio y la investigación de sus alumnos. La biblioteca de la Universidad de Harvard es parte de la administración central y coordina las alrededor de 90 bibliotecas que conforman el sistema bibliotecario de la universidad.

Entre ellos destacan el sistema de información y préstamo, el de depósito, el centro Weissman de conservación, el archivo de la universidad y la biblioteca digital. Además de las bibliotecas hay que reseñar los prestigiosos museos de arte de la universidad, con pinturas de artistas europeos y norteamericanos, impresiones, fotografías, arte islámico e hindú, artes del mundo asiático, y una excelente colección de pintores expresionistas alemanes.

Pero el éxito no recae sólo en sus programas académicos, sino que además da a los estudiantes un amplio programa de arte, música y cultura que todos sus estudiantes adoran, con cursos de cerámica, danza, música, artes visuales, cine, medios de comunicación o teatro, entre otros; algo que permite que los estudiantes completen su formación en otros campos que les interesen, sabiendo que siempre trabajarán con los mejores profesionales de cada disciplina.

A los americanos les interesa la mente sana en un cuerpo sano, algo que contrasta con España, donde el deporte universitario está prácticamente fuera de programación, no existe.

En Harvard hay una extensa y atractiva oferta con béisbol, baloncesto, rugby, fútbol, tenis o atletismo, además de deportes más sofisticados como el golf, la vela, el squash o el waterpolo, que los estudiantes pueden practicar en sus instalaciones. Además, también es interesante seguir los partidos de esta universidad contra otras universidades estatales.

Para poder estudiar en Harvard todos los estudiantes internacionales deben cumplimentar una serie de requisitos y formularios.

Todos deben rellenar el impreso de solicitud de ingreso a la universidad común para todos los estudiantes, con independencia de su nacionalidad. Además, deben presentarse a los exámenes oficiales de ingreso en una institución estadounidense.

Junto a esta documentación es necesario presentar dos cartas de recomendación de dos profesores que le hayan dado clase durante tus últimos años y que justifica que el estudiante tiene capacidad para estudiar en esta universidad. Las cartas deben estar escritas en inglés. Muchos requisitos que garantizan el nivel mínimo de los alumnos, esa cantera de élite que se convertirá, gracias a su esfuerzo y al alto nivel de formación, en los mejores profesionales de cada especialidad. Alumnos de excepción que ocuparán puestos relevantes en la sociedad gracias a ese sello que los habrá hecho diferentes: el de Harvard.

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