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Actualizado: 10 sep 2018 / 16:39 h.
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He descubierto lo práctico que es un GPS, pero empiezo a tener problemas de convivencia con la señora o señorita que me dice por dónde tengo que ir. Esa manía de las mujeres de conducirme por el buen camino, cuando cualquier camino es bueno si no va a ninguna parte. Es que jamás he querido ir a ninguna parte, sino a donde la vida me llevara. Quise ser periodista de El Correo y lo conseguí, con lo difícil que lo tenía. Y ahora ya ven, se puede acabar esta bonita historia de amor el próximo miércoles. Vendo mi casa antes de que me la quite la hija de Botín, me compro una bonita choza en el campo con lo que me quede, y asunto resuelto. A veces nos preocupamos demasiado por cosas que no tienen tanta importancia, aunque el trabajo debería ser sagrado, y una vivienda también. También un periódico histórico, el decano de Sevilla. Confío en que no desaparezca del todo, porque ese día sería uno de los más tristes de mi vida, y llevo ya unos cuantos de miles. Soy solo un humilde colaborador de este diario, con menos papeles que una liebre, pero tengo corazón.

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