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Actualizado: 07 may 2018 / 22:22 h.
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Ahora que el mundo del fútbol se rinde a la figura de don Andrés Iniesta, ovacionado allá por donde pasa, el que escribe echa la vista atrás y recuerda aquel Mundial de Sudáfrica. Al hombre que marcó el gol de la gloria le acompañaron otro buen puñado de futbolistas que, como el de Fuentealvilla, empiezan a marcharse a las denominadas competiciones exóticas para concluir la que sin duda será la mejor generación de jugadores que dio este país, en busca de un retiro dorado y tan reluciente como los euros que vendrán de vuelta cuando esto también se acabe. Villa, Xavi, Fernando Torres... Todos y cada uno de ellos conformaron aquel equipo al que Luis Aragonés dotó de fútbol y de otras muchas cosas. Faltó, al menos en la primera Eurocopa, un hombre que también pertenece a este elenco y con el que no se fue justo: Joaquín Sánchez. El ahora capitán del Real Betis así lo reconoció en una entrevista reciente. Fue su último tren a la Selección y se quedó en la estación. Años después, aún le escuece. Y eso que es raro no ver sonreír al extremo. Mucho más en un año como este en el que todo acompaña. Ya entonces había quien lo reclamaba para la causa en Heliópolis. Estaba cantado que Joaquín regresaría al Benito Villamarín, pero por aquel entonces todavía habría que esperar. A su vuelta en el verano de 2016, ocho años después de aquella Eurocopa de Austria y Suiza, fueron muchos los que pensaron que Joaquín venía de vuelta. Nada más lejos de la realidad.

Ha tenido que ser en su tercera temporada tras la ansiada vuelta cuando hemos visto al mejor Joaquín. Y cuando digo mejor, digo mejor incluso que cuando se fue. La llegada de Setién y su cuerpo técnico fueron claves. El capitán se reinventó. Sabe que su fútbol ya no es tan veloz y ahora busca más romper por dentro. La calidad que atesora se lo permite y su físico privilegiado, también. Aun así, ha regalado esprints que quedarán en la memoria de los béticos durante mucho tiempo. Sus apariciones en programas de prime time nacionales y sus flashes en las entrevistas mientras cuenta algún chiste inundan las redes sociales. Él es así. Tiene magia dentro y fuera del terreno de juego. El problema viene cuando hay quien sólo se queda con esta faceta. Pasarán muchos años hasta que el Betis vuelva a tener en sus filas a un futbolista como él: único e irrepetible. Un líder en el vestuario y el mayor reclamo fuera de él. La ovación de San Mamés, donde gusta más el buen fútbol que las risas, es la mejor muestra de ello. Gracias por hacernos reír pero sobre todo, gracias por tu fútbol, capitán.

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