Image
Actualizado: 21 ago 2018 / 21:28 h.
Facebook Twitter WhatsApp Linkedin Copiar la URL
Enlace copiado

La semana pasada, la muerte de la irrepetible Aretha Flankin supuso un gran mazazo para quienes la considerábamos la última gran reina del soul y el R&B. Una mujer pionera, valiente y arriesgada que con su talento eclipsó a un público para el que será difícil volver a disfrutar de la música sin ella. Setenta y seis años, han sido más que suficientes para conseguir ganar 18 Grammy, convertirse en la primera artista en formar parte del Rock’n Roll Hall of Fame y en ser la primera mujer negra que ocupaba la portada de la revista Time.

Para Aretha no había imposibles y consiguió abrir puertas para otras tantas artistas negras que fueron copando el mundo de la música poco después. Con A change is gonna come, consiguió convertirse en un símbolo del Black Empowerment. Con su interpretación de Precious Lord en el funeral de Martin Luther King, las discográficas y productoras musicales se rindieron a los pies de la gran Aretha, ese día la rebautizaron directamente como The Queen. Ahora que tenemos que despedirla, a sabiendas de que su legado la hará siempre inmortal, no nos queda otra que darle las gracias por regalarnos su voz, expresiva y visceral. Sus letras fueron un canto a la libertad, los cambios sociales, y los derechos humanos.

Si analizamos con perspectiva de género cómo el Black Empowerment ha ido impregnando el orden social establecido, podremos incluso adivinar la mirada felina de la gran Aretha en otras mujeres como Beyoncé, Rihanna, Lupita Nyong’O, Oprah Winfrey o Serena Williams. Todas ellas mujeres negras, que han conseguido traspasar la frontera que impone el patriarcado, para alzarse como protagonistas absolutas de sus carreras profesionales. Mujeres de éxito que han sabido poner en valor su etnicidad y su identidad femenina, más allá del feminismo impuesto por las mujeres blancas y europeas.

Beyoncé ha sido la elegida para protagonizar la portada del September Issue de Vogue. La todopoderosa Anna Wintour cede a la cantante el poder absoluto de elegir fotógrafo y guionizar la sesión. Un hito histórico para la publicación que en contadas ocasiones ha permitido tales concesiones. El número más importante del año para Vogue, deja de estar en manos de Anna para pasarle la responsabilidad a su indiscutible protagonista, Beyoncé.

Rihanna por su parte, pondrá cara a la portada del mismo número de la revista en su edición para UK. Vogue, consciente del poder de estas nuevas generaciones de mujeres negras, influyentes, poderosas y activistas, dedica en su publicación espacio para hablar de ellas y convertirlas en patrones a seguir por la sociedad en su conjunto. Tanto Beyoncé como Rihanna hablan sobre su percepción de la maternidad, la diversidad, la música o el cuerpo femenino. Toda una revolución para una sociedad acostumbrada a legitimar y aceptar como dogma de fe los discursos y mensajes que salían de boca de mujeres blancas.

Lupita Nyong’O también será portada de la revista Porter este otoño, Zendaya de Marie Claire y Tracee Ellis Ross de la edición canadiense de Elle. Independientemente de nuestro fervor por el consumo de revistas de moda y la opinión que podamos tener de ellas, el Black Empowerment es ya una realidad. Y qué decir de la carismática Oprah Winfrey, considerada en 2010 por la revista Forbes la famosa mas influyente del mundo. El discurso que ha ofrecido este año con motivo de los Globos de Oro, sobre el acoso sexual y la discriminación, consiguió poner a la sala en pie. Hombres y mujeres se rinden a su hechizante poder, y muchos ya la ven como la sustituta de Hillary Clinton.

Hacer fuerte y poderoso a un grupo social tradicionalmente desfavorecido como han sido las mujeres ha sido una de las grandes luchas feministas para alcanzar la igualdad real. Ahora estas mujeres, que además sufrían una doble discriminación por el color de su piel, se levantan para gritarle al mundo que ya no tienen miedo. Salvar las barreras de género, raciales, y sociales no ha sido tarea fácil, pero estas mujeres antes mencionadas, son un claro ejemplo de los cambios sociales que se avecinan y por los que tanto cantó la gran Aretha Franklin.

La discriminación múltiple fue reconocida, por primera vez, por el Parlamento Europeo en una resolución del 2009, dado que es evidente que si una mujer está expuesta a dos o más motivos discriminatorios, la hace indudablemente más vulnerable. Desde entonces, la sociedad en su conjunto se ha rediseñado para empezar a desechar viejos patrones, propios de las estructuras patriarcales y colonialistas. El empoderamiento de las mujeres de minorías étnicas sobre todo sin recursos, es ya una urgencia que hay que solventar lo antes posible para conseguir una sociedad más solidaria y justa. La educación como motor de cambio es la única alternativa posible para que las mujeres, independientemente de su color de piel, religión o situación económica, puedan defender su posición en el mundo y el papel que quieren jugar en este camino hacia la igualdad real.