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Actualizado: 24 feb 2017 / 14:28 h.
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  • Un camino con siglos de historia

Es una calle muy larga y estrecha que supone un recorrido espectacular de la historia de nuestra ciudad, ya que al pasear por ella, podemos empaparnos de los diferentes edificios, casi todos ellos iglesias, que el paso del tiempo ha ido dejando en Sevilla.

Es parte del Casco Antiguo. Desde la Plaza de San Marcos hasta la Puerta de la Macarena y siendo parte de los barrios de San Julián, Feria y San Gil.

Es una calle que tiene un recorrido histórico muy importante ya que era entrada a la ciudad por su parte norte. Cardo Máximo de la ciudad romana, Calle Mayor de la Sevilla islámica y Calle Real hasta el siglo XIX. Era el camino oficial de los reyes para acceder hasta el centro y por lo tanto hasta el Real Alcázar. Por esta ruta entraron Isabel I de Castilla, Fernando II de Aragón, Carlos I para su boda con Isabel de Portugal, o Felipe IV.

En este enclave del que hablamos y su entorno existen referencias históricas y arquitectónicas de mucha relevancia. Casi todos ellos son de tipo religioso, de muy distintas épocas y están salpicados a lo largo de los 700 metros de longitud que tiene la calle.

Así nos encontramos en la misma calle edificios tan señalados como la iglesia de San Luis de los Franceses, antiguo noviciado de los jesuitas en la ciudad, que da nombre a la calle, las parroquias gótico mudéjares de San Gil, de Santa Marina y de San Marcos, la plaza y el Palacio del Pumarejo, o la Basílica de La Macarena y el arco.

La iglesia de San Marcos fue construida sobre una antigua mezquita en el siglo XIV y la torre de estilo mudéjar y que se levanta a los pies de la nave del Evangelio fue restaurada en 1916 por Aníbal González.

Santa Marina es uno de los templos más antiguos de Sevilla, dos de sus capillas laterales pueden datarse alrededor de 1265 por elementos encontrados tales como azulejos. La primera referencia datada es de Ortiz de Zúñiga, que señala el gran terremoto de 1356 como reedificación del templo bajo el mando del Rey de Castilla, Pedro I.

El impresionante conjunto barroco de San Luis de los Franceses volvió a abrir sus puertas a finales del verano pasado. Un coste aproximado de cinco millones de euros para conseguir la reapertura, tras años de restauración, de esta obra de arte que pertenece a la Diputación Provincial. Más de 2.200 metros cuadrados que fueron construidos entre 1699 y 1731 por Leonardo de Figueroa, quien puede considerarse el arquitecto del barroco sevillano por excelencia, autor también del Salvador, San Telmo o la Magdalena.

Pasando ya la mitad de la calle, nos encontramos una conocida plaza, una Casa Palacio del siglo XVIII, es el Pumarejo.

El final de esta calle, en el número 127, lo coronan la iglesia de San Gil y unos metros más allá, la Basílica de la Macarena con su inseparable Arco de la de la Macarena, la Puerta de la Macarena.

En la calle San Luis un paseo por gusto es un verdadero placer para la vista por su belleza. Si planteas esta visita a la calle, más seriamente, para conocer los edificios palmo a palmo y su historia, date tiempo, tienes mucho que descubrir.

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