Pablo Iglesias puede parecer contento por la victoria de Sánchez, pero este renacer del nuevo secretario general del Partido Socialista le podría quitar dos millones de votos en las próximas elecciones. O sea, que puede estar acojonado, de ahí que le haya dicho «haz tú la moción de censura, que a mí me da la risa», o algo parecido, sabiendo que no tiene ninguna posibilidad con él como candidato. Si Sánchez hiciera las cosas medio bien y mirara más por el país que por él mismo –aunque tuviera que hacer un esfuerzo–, Podemos tendría un problema. Antes de ganar las primarias no descartaba una moción de censura contra Rajoy. Ahora sabe que tendría el apoyo de Unidos Podemos, luego sería posible echar a Rajoy de la Moncloa sin esperar a unas elecciones. Y eso es lo que quieren millones de españoles, cansados de tanta corrupción en el Partido Popular. Claro que eso no sería mañana, sino después del Congreso, seguramente tras el verano, porque es de suponer que Pedro Sánchez habrá aprendido algo en estos últimos meses. Un verano caliente, o muy frío.