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Actualizado: 17 oct 2018 / 09:23 h.
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A los políticos de los distintos partidos en general se les nota demasiado que lo único que les importa es el poder. Nunca me he creído que a ningún gobernante le quiten el sueño los problemas reales de los ciudadanos. A Pablo Casado no le preocupa que los presupuestos del Gobierno actual vayan a ser o no buenos para todos los españoles en general, sino el hecho de que Pedro Sánchez pueda lograr que sean aprobados, porque eso significaría un éxito importante para él de cara a unas elecciones generales. Y para Podemos, claro. El líder del PP se va a Bruselas y todo para intentar que eso no suceda, a pesar de que hay cosas en ellos que iban en los presentados por Mariano Rajoy y que van a mejorar la vida de muchas personas.

Los otros hablan de deslealtad, lógicamente, porque hay que anteponer los intereses de los ciudadanos a los de los partidos, como si el Partido Socialista hubiera apoyado todos los presupuestos del Partido Popular. Albert Rivera rechaza que se haya subido el SMI a 900 euros, cuando él lo quería subir a 1.000 euros hace diez años, en plena crisis económica. Podemos entender que al líder de Ciudadanos le moleste, por su ideología, que los Presupuestos Generales del Estado favorezcan a los más menospreciados de la sociedad, pero que explique por qué ese rechazo ahora a los de Sánchez. Tendría que explicar muchas más cosas, pero que empiece por este asunto de tanta actualidad.

Se refieren los unos y los otros a estos asuntos económicos con un léxico que requiere un traductor para la inmensa mayoría de los ciudadanos de a pie, que solo entendemos de lo que es llegar o no a final de mes. Por eso deberíamos apoyar de aquí en adelante, cansados de truhanes y vendedores de humo, a quienes nos hablen de una manera clara sobre los asuntos que afectan a lo fundamental para vivir con dignidad y algo de sosiego. España es un país cada día menos gobernable y puede llegar a serlo aún más, ahora con otro partido en liza, VOX, de ideología ultraderechista. Cuidado, porque a Santiago Abascal, su líder, se le entiende todo con total claridad, lo que también mosquea.

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