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Actualizado: 31 ago 2018 / 22:00 h.
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  • La estrategia del despiste

El presidente del Gobierno español ya está comprobando que el independentismo catalán no escucha ni quiere saber nada que tenga que ver con España. No hay límites y la tensión en las calles va asentándose y elevándose sin descanso; las propuestas de Torra se reducen a atacar al Estado español; Puigdemont envía traducciones con errores de bulto buscando desacreditar al sistema judicial español y, lo peor de todo, Sánchez sigue haciendo el Don Tancredo o modificando torpemente sus posturas, una y otra vez, frente a asuntos de importancia extraordinaria. Recientemente, aunque de forma muy tibia, el presidente ha hecho unas declaraciones refiriéndose a la legalidad y al diálogo imposible si no se produce en ese ámbito, que invitan a pensar en un aviso sobre la aplicación del artículo 155 de la Constitución española.

Además, durante las últimas semanas, los españoles han podido asistir a un espectáculo indigno y absurdo. Desde estas mismas páginas ya se pidió que los restos del dictador Francisco Franco se exhumasen con rapidez y prudencia con el fin de zanjar un asunto espinoso y molesto para todos. Pero es evidente que no ha sido así. Todos los partidos políticos sin excepción están buscando un rédito político indiscutible si se adopta una posición u otra; el Gobierno parece estar cebando el asunto para despistar atenciones que se podrían fijar en los aspectos más importantes de la sociedad y las cadenas de televisión están convirtiendo un asunto delicado en un espectáculo patético o, si se prefiere, esperpéntico. Los restos del dictador y el futuro del Valle de los Caídos, convertidos en un arma de ida y vuelta, tendrán presencia e importancia.

Se tendrán que aprobar los Presupuestos Generales del Estado. Habrá que esperar para saber a cuánto asciende la factura que tendrá que abonar el Gobierno de la nación a Podemos o a los independentistas catalanes.

Sirvan estos apuntes como ejemplo de lo que la sociedad española estará obligada a soportar durante los próximos meses. Pedro Sánchez insiste en gobernar con 84 diputados y si no adelanta las elecciones todo irá a peor.