José Tomás: nueva reencarnación

El hermético diestro madrileño volverá a hacer el paseíllo el próximo 22 de junio en la feria del Corpus de Granada en una corrida mixta que completará el rejoneador Sergio Galán

27 mar 2019 / 13:59 h - Actualizado: 27 mar 2019 / 13:48 h.
"Toros","José Tomás"
  • José Tomás en una imagen de archivo. / EFE
    José Tomás en una imagen de archivo. / EFE

El empresario sevillano José María Garzón –gerente de la empresa Lances de Futuro- ha vuelto a conseguirlo. Ya lo contrató el año pasado en Algeciras en el que, a la postre, fue el único bolo del imprevisible y misterioso diestro de Galapagar. Y n 2019 tiene, que se sepa, firmado un único contrato que le ata a la plaza de toros de Granada el próximo 22 de junio en el que ya es el cartel estrella de la feria del Corpus. Así lo ha anunciado la propia empresa adelantándose a cualquier filtración que podría haber dado al traste con el empeño, siempre complejo, de contratar a José Tomás.

Para la ocasión, se lidiarán toros de distintas ganaderías, cuatro en concreto, que serán estoqueados por José Tomás, completando el cartel el rejoneador Sergio Galán. La Feria del Corpus de Granada se celebrará entre los días 20 y 23 de junio. Los carteles serán presentados por el propio José María Garzón el próximo 4 de abril en el Colegio Mayor San Bartolomé y Santiago de la ciudad.

¿Penúltima oportunidad?

El críptico diestro madrileño José Tomás vuelve a escribrir el último capítulo, por ahora, de su intermitente historia taurina. El penúltimo –y triunfal- fue en la Feria Real de Algeciras, actuando mano a mano con el matador extremeño Miguel Ángel Perera, que indultó un gran toro de Jandilla. Entonces ya surgía la pregunta en torno a la última función del torero que, después de cumplir ese contrato, volvió a decir basta. No hubo más corridas en 2018 y la de Granada es, por ahora, la única fecha que se conoce hasta este momento en la agenda del matador. Antes de Algeciras había actuado por última vez en España en septiembre de 2016, en el ruedo de Valladolid.

Eso año sólo cumplió siete funciones después de dejar 2015 prácticamente en blanco con una única comparecencia en el coso mexicano de Aguascalientes, el mismo ruedo en el que estuvo a punto de perder la vida en abril de 2010 abriendo, de paso, la penúltima etapa vital y taurina en su intransferible carrera. Pero antes de la brutal cornada del toro ‘Navegante’, que pudo ser su verdugo, José Tomás ya era un torero de culto que había manejado como nadie los tiempos y hasta una extraña -y efectiva- política de comunicación basada en no decir nada. Desde entonces es una leyenda viva que ha espaciado al límite sus comparecencias públicas para seguir convirtiendo cada una de sus salidas a la palestra en una ocasión única.

Pero hay que seguir dándole a la moviola: José Tomás reapareció en la Feria de Julio de Valencia de 2011, un año después del gravísimo percance mexicano, en medio de un clima de impresionante expectación. Aquella temporada se redujo a nueve funciones y tampoco fue demasiado pródiga en triunfos. Hay que anotar que la cerró en la clausura de la Monumental de Barcelona, que permanece cerrada a pesar del estéril recurso ganado en el Constitucional. El diestro madrileño toreó mucho menos en 2012, tan sólo tres corridas de toros en las que incluyó la mitificada encerrona nimeña que marcaría la cumbre de este tramo de su vida torera. 2013 quedó en barbecho y cuatro fueron las corridas apuntadas en 2014, que se redujeron a una sola en 2015: la nombrada reaparición en Aguascalientes.

Tomás ya se acerca a las Bodas de Plata de una alternativa que tomó, precisamente, el 10 de diciembre de 1995 en México, su segunda casa y el lugar en el que ha estado a punto de morir dos veces. Hay que recordar el cornadón de Autlán de la Grana, en enero de 1996. Aquel brutal percance -como en Aguascalientes- obligó a hacerle varias transfusiones de sangre para salvar su vida. Pero aún no se había convertido en la leyenda que hoy es y la sangre derramada no se rodeó del despliegue literario que siguió a la cornada de la ciudad hidrocálida. Su totemización había empezado después del paréntesis que siguió a su marcha en 2002.

A partir de ese año, la hipotética reaparición de José Tomás se había convertido en la comidilla de los inviernos hasta que, sorprendiendo a todos, decidió volver a vestirse de luces un lustro después de desaparecer de la escena pública. Lo hizo llenando hasta los topes la Monumental de Barcelona el 17 de junio de 2007 iniciando una nueva etapa de su trayectoria marcada por la cuidada elección de las plazas, el ganado y los compañeros y el escaso número de paseíllos cumplidos desde entonces, casi siempre fuera de los cosos de mayor trascendencia y, siempre, lejos de la Maestranza sevillana.

Ha pasado el tiempo y cada una de sus actuaciones es también una menos para el fundido a negro que se producirá cualquier día, en cualquier plaza y sin anuncio previo. El diestro de Galapagar, que pronto cumplirá 44 años, volverá a enfundarse el vestido de torear en la Monumental de Frascuelo. Llenará la plaza para sí y sus compañeros de feria. Mientras tanto, se seguirá especulando con la próxima plaza que podría pisar el silente diestro de Galapagar. En realidad ni siquiera se sabe con certeza si habrá otra más. Una cosa sí es segura: ya no habrá temporadas al uso. Un día, ya lo dijimos, llegará el eclipse definitivo.