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Actualizado: 05 ago 2018 / 21:58 h.
  • El racimo de uvas más grande del planeta
    Sebastián Gómez, uno de los clásicos del concurso, sostiene su premio mientras su hijo sujeta el enorme racimo de uvas de más de 10 kilos. / A.R.
  • El racimo de uvas más grande del planeta
    Aurora María Rodríguez muestra su enorme calabaza de 113,5 kilos. / A.R.
  • El racimo de uvas más grande del planeta
    Denodados esfuerzos para mover las enormes calabazas del concurso. / A.R.

El verano remolón en que los agricultores palaciegos han tenido que resignarse a cobrar los excelentes productos de sus manchones a precios irrisorios, como esos seis céntimos a los que ha llegado a estar el kilo de sandía –mientras en los supermercados se cobraba a un euro–, llega con ejemplares de récord: un racimo de uva emparrada de 10,180 kilos, cosechado por uno de los clásicos en el certamen de las fiestas patronales: Sebastián Gómez, el mismo agricultor que ya introdujera en el concurso la modalidad de calabazas con míticos ejemplares de más de 80 kilos y que este año se ha visto superado con creces con una increíble calabaza de 113,5 kilos, propiedad de la joven agricultura Aurora María Rodríguez Caballero. ¡Quién da más!

El racimo de uvas de Sebastián es posiblemente el más grande que se ha cortado en el mundo, pues, que se sepa, el Récord Guiness de racimo de uva lo ostenta uno cosechado en Santiago de Chile en 1984, que pesó 9,4 kilos. En Los Palacios y Villafranca, desde luego, nunca se había visto uno que fuera mucho más allá de los siete kilos. «Aunque no se pueda hablar de Guiness, porque para eso habría que traer a un juez de Inglaterra para que lo constatase y eso vale un dinero, es verdad que tenemos un racimo más grande que el que ganó el récord», asegura el hijo de este manchonero célebre por sus productos afectados de gigantismo, Jesús Damián Gómez, que pese a ayudar a su padre en este reto de cosechar auténticos fenómenos de la naturaleza, respeta la jerarquía: «Él es el capitán y yo el marinero», asegura. «Si me dice que hay que echarle tal abono, yo voy; si yo veo que va a llover, lo aviso y él se acerca a tapar la mata», añade. «Esto tiene un secreto muy grande que no voy a desvelar», dice el experto con orgullo, y añade: «Hay que mimar mucho el fruto y estar encima de él».

El alcalde palaciego, Juan Manuel Valle (IU), maravillado como cientos de vecinos la noche del certamen al ver el racimo, ha asegurado que el Ayuntamiento está dispuesto a sufragar los gastos necesarios para que «Los Palacios y Villafranca consiga un nuevo Récord Guiness salido de esta tierra tan fértil», pues en 2013 el pueblo del bombón colorao ya consiguió uno con la mayor fritada de tomates del mundo, superando al establecido en un pueblo de EEUU, al pesar 2.662 kilos. Como para dar de comer a todo el pueblo, cosa que ocurrió literalmente aquel 15 de junio en el parque de Los Hermanamientos, donde no hubo palaciego que no mojara pan. «Nos estamos informando de si hubiera hecho falta avisar a Récord Guiness antes de cortar el racimo, pero estamos dispuestos a certificarlo», ha explicado el concejal de Agricultura, Jesús Condán.

La calabaza de 113,5 kilos de Aurora ha supuesto también un auténtico récord, al menos en este pueblo de los frutos gigantes. «Nunca habíamos visto nada igual», aseguraban varios agricultores veteranos la noche del sábado frente a la capilla de La Aurora, en la verbena en honor de la patrona, Nuestra Señora de Las Nieves, que anoche procesionó con el esplendor recuperado de antaño por las calles de su pueblo hasta bien entrada la madrugada. El gentío soltó un espontáneo grito de admiración al ver cómo cuatro hombres apenas podían colocar el fruto sobre la balanza. Y volvió a gritar cuando el marcador digital mostró el peso, máxime cuando acababa de bajar otro ejemplar de 111,9 kilos, el de José Manuel Fernández Rodríguez, que ya era una auténtica barbaridad. En tercer lugar quedó la calabaza de su hermano Hermenegildo, que solamente pesó 104,8 kilos. Los chiquillos se fotografiaban encima y soñaban con Cenicienta. Muchos vecinos bromeaban con volviera el Un dos tres a la tele...

Precisamente la sandía ha sido este año la modalidad menos destacada, pues el primer premio, de las rayadas, que también se ha llevado Aurora, solo pesó 37,7 kilos, muy lejos de los más de 60 kilos que se conseguían en tiempos de El Platero, otro de los manchoneros especialistas del certamen... El segundo premio fue para José Manuel Fernández, con un ejemplar de 33,4 kilos. Y el tercero para su hermano Hermenegildo, con 29,4 kilos. En la modalidad de sandía negra, la mayor, también de Aurora, pesó 32,2 kilos.

Muchos de estos frutos enormes acabarán en las vitrinas de algunos de los grandes restaurantes de la localidad, como Casa Manolo Mayo, Casa Moral, Restaurante Juanma o La Pachanga, entre otros, máxime este año en que el Ayuntamiento promociona sin descanso la marca Los Palacios. Destino gastronómico. Por la tierra empieza toda la excelencia. Y aquí la calidad no está reñida con la cantidad.