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Actualizado: 07 may 2018 / 21:26 h.
  • «¡Habemus papas!»
    Manuel Joaquín Gallardo ‘El Portugués’ fue homenajeado en el acto. / F.J. D.

La Fiesta de la Patata Nueva de La Rinconada abrió ayer la temporada de recolección de este producto, básico en la economía local y en un pueblo que se define como «agroindustrial». La Rinconada saca pecho por su tejido industrial –que abarca incluso a la industria aeronáutica–, sin perder de vista al sector primario y presumir de él: «defendemos la diversidad de ser industriales y a la vez tener 12.000 hectáreas dedicadas a la agricultura», donde «se produce la mejor patata de España», comentaba el alcalde, Javier Fernández.

«Igual de orgullosos estamos de los aviones que de las patatas», señalaba. Pero «cada cosa tiene su momento y su sitio, y si hoy hacemos un guiso de avión con carne no viene nadie», añadía el humorista Manu Sánchez, embajador de la Patata Nueva. Pero como el gigantesco guiso no llevaba «alitas de avión», sino patatas nuevas y pollo, la expectación alrededor del reservado donde se cocinaba justificaba soportar el sol justiciero que caía sobre el parque de Los Pintores de San José de La Rinconada.

El guiso de patatas era el principal aliciente. Aunque la fiesta dio para más. Para divertir a los más pequeños con actividades infantiles y también para reivindicar que «se apueste por la calidad de la patata nueva y no por variedades de importación como la patata lavada o de conservación», animaba Marcos Román, presidente del sector de la patata de Asociafruit, organizadora junto con el Ayuntamiento. La nueva, la de aquí, es «un producto más saludable, y consumiéndolo se apoya a la creación de empleo y riqueza en el entorno».

Sánchez explicaba que «se escribe patata, pero se pronuncia papa». Y en ese andaluz tan claro que en La Rinconada se entiende y se usa a la perfección, un señor aseguraba que «ahí hay papas para un regimiento», dando su valoración al guiso, ávido por hincarle el diente. Y el suculento aroma que desde la sartén de 2,5 metros de diámetro se esparcía ya confirmaba que iba a saber mucho mejor. No en vano llevaba, además de 300 kilos de carne de pollo, más de 100 de patata nueva, «la más buena porque es la nuestra», aseguraba Antonio Muñoz, asiduo a la fiesta y curtido en las colas donde se aguarda el reparto del guiso.

Para Rafael Reyes, concejal de Agroindustria, en la base de la fiesta está «la apuesta por los productos que da nuestra tierra, buenos por sí mismo y porque generan riqueza y empleo». Una reivindicación de la patata nueva autóctona, para darle visibilidad y valorarla. Es la institucionalización de la celebración «que venían organizando los patateros de la localidad, de forma privada, para inaugurar la temporada. Muchos vecinos empezaron a asistir y se pidió la colaboración municipal para su organización». Y ya van cinco.

Paco Díaz, José Manuel Fernández y Juan Manuel Sirvent fueron los cocineros que, armados de largas paletas, cocinaron la que dicen que es la caldereta más grande de Andalucía, con patatas nuevas que tres mujeres y un hombre pelaron desde las 7.30 horas de la mañana. Mientras el guiso sumaba las horas de cocción necesaria, el ambigú –gestionado por la hermandad del Cristo del Perdón– animaba los estómagos con tapas a base de patata. Nueva y de La Rinconada.

Fue Antonio Sánchez el impulsor de la fiesta. A modo de homenaje, con su nombre se creó un premio con el que reconocer a los agricultores locales. Este año se ha otorgado a Manuel Joaquín Gallardo el Portugués, un agricultor de 83 años aún en activo y dedicado a la patata desde hace más de 30 años.

La Junta respaldó el inicio de campaña con la presencia del delegado territorial de Agricultura, Segundo Benítez, y la directora general de Industria, Rosa Ríos. Junto con el alcalde y el concejal, acompañaron a Manu Sánchez que, tras pelar la primera patata de la temporada –«¡Habemus papa!», exclamó– fue añadida al guiso. Momento que todos aprovecharon para catarlo. Con su visto bueno, los cocineros comenzaron a repartirlo en más de 1.000 raciones.

En tono de humor, pero en serio, Sánchez invitó a las administraciones a «echar dinero para levantar nuestros productos y que no se pierda la industria de la patata nueva» con el aumento de patata de importación. Y sobre todo «tomando la calle y la palabra» con actos como este, «como mejor sabemos hacer las cosas por aquí. En la calle, poniendo una barra y apoyando a los vecinos”. Sin dudar en «pelear por la gente del campo, riéndonos y divirtiéndonos pero en serio» dando el sitio a la industria agroalimentaria siendo «más papistas que La Rinconada».