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Actualizado: 12 ago 2018 / 09:00 h.
  • Los drones conquistan el cielo de La Rinconada
    Un participante en la copa del mundo de drones sostiene varios de estos aparatos y se los muestra a dos compañeros. / F.J.D.
  • Los drones conquistan el cielo de La Rinconada
    Pilotos de drones, ayer en el campeonato de La Rinconada. / F.J.D.

En La Rinconada se fabrican aviones y también se hacen carreras de drones. Esos pequeños aparatitos que zumban en los espacios abiertos y que cada vez son más habituales. Están en las bodas para hacer tomas espectaculares para el vídeo de recuerdo del gran día. Los vemos en Semana Santa, filmando desde el aire los cortejos de las cofradías. Tienen funciones de seguridad y control, de investigación y científicas, aplicaciones múltiples en agricultura y un larga lista de utilidades. Pero también han originado una nueva modalidad deportiva. El pilotaje de estas aeronaves –el deporte del futuro que lo llaman algunos– tiene sus propios campeonatos y competiciones y una de ellas, incluida en la Copa del Mundo de Drones, se celebra este fin de semana en el municipio de La Rinconada.

Un total de 55 pilotos se han dado cita en la localidad, una de las ocho sedes mundiales. Tras los entrenamientos del viernes, la jornada de este sábado comenzó temprano, con la verificación de los drones y su control según la normativa. No en vano es una competición mundial reglada por la Federación Aeronáutica Internacional, el organismo que regula la aeronáutica y la normativa de todos los deportes aéreos.

Desde China, Países Bajos, Alemania, Portugal, Italia y distintos puntos de España han llegado hasta el estadio Felipe del Valle, de San José de la Rinconada, con sus aeronaves dispuestas para competir. Alineados los drones en la parrilla de la salida, se repasaban las normas antes de comenzar a volar.

También llamados vehículos aéreos no tripulados, se pilotan desde tierra tirando de destreza, conocimientos y técnicas para manejarlos de forma precisa y para el fin que se requiera. Un grupo de ellos, aficionados a volar, constituyeron el Club Drone San José de La Rinconada, organizador de esta prueba. Creado en 2015, «surge cuando nos juntamos unos cuantos locos para hacer volar y correr con nuestros drones», explicó ayer Rafael Flores, secretario del club y técnico principal de la competición. De ahí han canalizado la afición, organizando a lo largo de su trayectoria distintos eventos internacionales como este.

Fabricados y personalizados al gusto del piloto, los aviones multirrotores pueden tener entre tres y seis hélices para su propulsión, aunque la mayoría cuentan con cuatro. No superan el kilo de peso y apenas superan los 30 centímetros. Van equipados con una cámara, que transmite una señal de vídeo a través de la que los pilotos –mediante unas gafas especiales– guían las aeronaves. Señal que además reciben los jueces para valorar y evaluar cada carrera de forma individual.

Metidos en faena y tirando de una absoluta concentración, los pilotos pugnaban desde su sala de control para ser los más rápidos en las tres vueltas de las que consta cada fase eliminatoria. Zumbando como enormes mosquitos, los drones volaban sin descanso por el circuito, un trazado con rectas y curvas, tramos en zigzag, arcos de tamaño y altura variados, obstáculos, banderas y pórticos con distintos puntos de control. Aprovechando el césped del estadio, se trazaba el recorrido en un espacio de más de 12.000 metros cuadrados.

Los pilotos con los mejores tiempos fueron puntuando para seguir pasando de ronda. Del total de participantes en las clasificatorias preliminares, 48 pasaron a octavos de final. Para hoy domingo, las competiciones continuarán con los cuartos de final, donde pasarán 24; 12 pilotos continuarán a semifinales y seis a la final que tendrá lugar por la tarde, y donde se alzará el vencedor. Los puntos de esta competición sumarán junto con las restantes que componen la Copa del Mundo de Drones, para finalizar con un ganador absoluto mundial.

Desde las gradas del estadio se hacía difícil seguir el vuelo de los pequeños aviones. Iban y venían a gran velocidad –hasta 140 kilómetros por hora, comentaban–. Las medidas de seguridad impedían acercarse más. Pero el zumbido de sus pequeños rotores avisaba de sus trayectorias. A pie de pista, los pilotos manejaban los mandos absortos y concentrados viendo el mundo a través de sus drones y sus gafas. Mientras, desde la barrera, familiares y amigos comentaban, hacían fotos y vídeos y compartían la competición. Que además era transmitida en directo por internet y que en la página www.twitch.tv/droneworldcupsevilla podrá verse hasta su finalización y aprovechar incluso para entrar en el chat y comunicarse con los pilotos.

El vuelo de drones va ganando adeptos, encaminando tal vez un futuro tecnológico en los deportes. Y La Rinconada con este campeonato mundial se sitúa a la vanguardia de la conquista de los cielos.