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Actualizado: 19 mar 2018 / 06:23 h.
  • Fran Nuño, un clásico de las ferias del libro sevillanas. / C. R.
    Fran Nuño, un clásico de las ferias del libro sevillanas. / C. R.

La X edición de la Feria del Libro de Tomares, que fue clausurada ayer, deja varias reflexiones en el aire. Una de ellas es que una apuesta decidida, con invitados de altura y una oferta amplia y variada, puede doblegar incluso a las inclemencias meteorológicas. La otra es que el municipio aljarafeño está marcando la línea a seguir para las ferias locales de la provincia, aunque no todas puedan tener lógicamente el mismo presupuesto ni el mismo respaldo de instituciones públicas y privadas. En todo caso, hay que intentarlo.

Pero lo fundamental es que tanto el público como los libreros y autores han quedado contentos. Así, el sevillano Fran Nuño, un habitual de estas citas, afirma que «mi experiencia en esta décima edición de la Feria del Libro de Tomares ha sido, una vez más, muy satisfactoria», dice. «A pesar del mal tiempo, la sesión de la actividad Descubriendo cuadros de Murillo, que realicé el sábado por la mañana, fue muy bien acogida por el público, tanto en número –se llenó la sala– como en implicación, pues niños y padres estuvieron en todo momento muy participativos y siguiendo, con mucho interés, las curiosidades que comentaba en torno a los cuadros de Murillo que seleccioné para la ocasión», agrega el escritor y animador cultural.

Igualmente, la firma de su nuevo libro, Cuentobjetos, publicado por Mr. Momo, junto a la ilustradora Sandra Avecilla, en esa misma jornada y en el stand de la librería Isla de Papel, «también fue muy positiva, y eso que a esa hora, recién abierta la feria por la tarde, llovía bastante», recuerda.

«Quiero destacar también el magnífico ambiente que se vivía en el recinto y la excelente programación que se ha llevado a cabo desde su inauguración hasta su clausura», afirma a renglón seguido el autor.

Para Nuño, «desde hace ya bastantes años, visito cada temporada cultural un buen número de ferias del libro de Andalucía para finalizar en la de Madrid, realizando actividades de dinamización lectora o firmas de ejemplares», comenta. «Y siempre comento lo necesarias que son para todo el sector del libro y, cómo no, para los lectores, pues tienen la oportunidad de, no sólo conocer las últimas novedades editoriales, sino de acudir a presentaciones, conferencias, recitales, debates, sesiones de narración oral, encuentros con autores, etc...»

«En mi opinión», concluye Nuño, «las ferias del libro son, para nosotros los autores y dinamizadores, el equivalente de los festivales de primavera y verano para los músicos».

Otro autor sevillano, Andrés González Barba, coincidía con esta opinión favorable. «Para mí ha sido también una experiencia muy positiva. Por un lado estuve firmando ejemplares de Las aventuras de Laura Holmes, con la ilustradora Yeye Ledo. Me sorprendió el gran interés que muestran los niños por la literatura infantil. Por otra parte, tuve la fortuna de participar en una mesa redonda en torno a Murillo con Cristóbal Cervantes como moderador y el gran Benito Navarrete, qué es una enciclopedia viviente sobre el pintor sevillano. Me sorprendió mucho el interés que se tomó el público asistente y como participaron al final del debate. La Feria del Libro de Tomares acaba de cumplir su décimo aniversario y le auguro mucho éxito en un futuro si sigue apostando por la misma línea de calidad que está llevando en estos momentos», dice.

«En esta cita veo un gran interés de los organizadores por reunir a grandes escritores como Antonio Muñoz Molina, además de intentar atraer al máximo público posible con una serie de actividades muy interesantes. Ahora solo queda que que las administraciones sigan apostando fuerte por las ferias del libro, porque son imprescindibles para este sector», apostilla..